Campuzano dice que sus toros se hacían los locos
José Antonio Campuzano, que antes del festejo comentaba con su apoderado en el túnel de cuadrillas la necesidad de un triunfo fuerte en Madrid de cara a su temporada, se tomó con filosofía el no haberlo conseguido, de lo que culpaba a sus toros: "Se hacían los locos como nunca he visto en mi ya larga experiencia".Dentro de ese tono de broma, añadía que existen remedios para los toros mansos, a los que hay que dar su lidia, "pero no para los que se hacen los locos, con los que te desesperas y cansas al público". Por el contrario, Paco Ojeda y Rafael Camino, que coincidían en que la corrida careció de clase, no eran partidarios de aburrir al personal.
El sanluqueño no vio posibilidades a ninguno de su lote: "Y es una pena, porque este hierro suele echar toros que ofrecen espectáculo y emoción. A mí me molesta ponerme pesado, y supongo que al público, más, por lo que en estos casos lo mejor es ser honrrado, dejarse de posturitas y abreviar". Ojeda concluía señalando que por el mal momento de las ganaderías en general él no había triunfado ni aquí ni en Sevilla: "Pero tampoco la mayor parte de mis compañeros, ¿eh?".
Camino estaba contento porque aprovechó con el capote las escasas embestidas de sus dos enemigos, "que después se desinflaron", y añadía que no se siente responsable del juego de sus toros en ninguna de sus dos tardes porque no los había elegido ninguna: "Maté lo que me pusieron". Su banderillero Antonio Robles, que fue revolcado por el sexto, sólo sufrió un puntazo y contusiones de pronóstico reservado, y no fue necesario ingresarle.
Babelia
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