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Las colas de coches bloquean las gasolineras en víspera de la huelga

La gasolinera de la Cruz de los Caídos, la de Herrera Oria, las de la carretera de Barcelona a la salida de Madrid, la de la Vaguada ... En casi todas se produjeron ayer aglomeraciones de automovilistas ávidos de llenar sus depósitos para afrontar la huelga de tres días que comienza mañana, lunes. Bajo un sol de justicia, sobre todo a media tarde, los vehículos colapsaron los surtidores madrileños, originándose esperas de hasta 30 minutos.

La llamada al avituallamiento inmediato que hizo el viernes el presidente de Campsa, José Luis Díaz Fernández, fue seguida al pie de la letra, aunque aún quedarán "muchos rezagados", decía ayer el empleado de una estación de servicio.Sábado, 13.30. Una cola de vehículos se agolpa y casi obstruye el carril derecho de la vía de servicio que comunica Coslada, por la N-II, con Madrid. Un usuario, Juan Lucas Bollero, que lleva casi 20 minutos esperando, afirma: "Hay colas en todos los surtidores desde Arganda hasta Madrid". Juan Lucas sonreía en ese momento, "pero de impotencia". El empleado del surtidor repuso, al tiempo que enchufaba la manguera al depósito: "Pues los que no llenen hoy, veremos ... ; al ritmo que vamos, esta noche [por ayer] nos quedamos sin gasolina, y mañana, aunque no hay huelga, es domingo, y el camión de Campsa no trabaja".

Entre los sufridos automovilistas que hacen cola ante este surtidor se encuentra también, al volante de su Renault 9, el candidato del PSOE a la alcaldía de Coslada. No quiere facilitar su nombre por prudencia política. Mientras mata el tiempo de espera -lleva un cuarto de hora- -leyendo EL PAÍS, se explaya sobre los sindicatos: "Son oportunistas; nos convocan una huelga la semana antes de las elecciones", dice.

Detrás del candidato, frotando nerviosa e impaciente con sus dedos el volante de su automóvil, se encuentra María del Carmen Cociña. "Voya Torrejón", comenta, "y ya tenía que haber abierto la farmacia, pero...". María del Carmen ha ido escudriñando las gasolineras que encontraba en su trayecto entre la capital y Torrejón. Antes de, pararse en ésta, subraya sin dejar de mirar el reloj, "he pasado de largo en tres, que estaban aún peor".

Los accesos a las gasolineras eran ayer un hervidero de intermitentes. En algunos casos, los conductores obstruían el carril derecho de circulación y provocaban grandes retenciones en su intento de colocarse en la cola.

'Llénelo, por favor"

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Un empleado de gasolinera refirió sudoroso que para los empresarios las huelgas parciales de este, tipo "apenas los repercute económicamente". "Lo que pasa es que la gasolina que normalmente vendes en tres días ahora la vendes en uno. La víspera de la huelga es a nosotros a los que les toca currar".

Casi todos los vehículos llegaban, con el depósito vacío y, tras la calurosa espera, se iban con éI lleno. "¡Y veremos a ver si tengo para los tres días!", espetó, en una gasolinera de Carabanchel, un automovilista que vive en Barajas y que se desplaza todos los día laborales a Fuenlabrada. En situación semejante se encontraba José Luis Fernández, que utiliza su coche para viajar desde Carabanchel a Pinto. Fernández, además de llenar a tope el tanque de su autómovil (casi 3.500 pesetas), pidió que le llenaran, "por si acaso", una garrafa de 15 litros. Después de casi 20 minutos de espera, Florencio Rodríguez, otro automovilista, dijo, exasperado, en un surtidor próximo a Barajas: "Eso de jodernos unos a otros cuando queremos algo se tiene que acabar; es intolerable". "Me parece bien que hagan huelga y reivindiquen, pero esto es insoportable: hay huelgas un día sí, el siguiente y el de enmedio también", se lamentaba.

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