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Los sondeos anticipan la victoria laborista en un feudo conservador británico

John Major, el primer ministro británico, se disponía ayer a asumir un nuevo contra tiempo electoral conservador, esta vez en Mommouth (Gales), donde los sondeos vaticinaban una desahogada victoria del candidato laborista en la disputa por un escaño tory. Una vez eliminado el poll-tax del panorama político, la campaña en esta elección parcial giro en torno a la reforma de la sanidad pública, la educación y la situación económica.El previsto revés de ayer suponía la continuidad de la tendencia al rechazo de las políticas conservadoras iniciado ya hace dos años y puesto de manifiesto en cada consulta electoral, ya sea municipal o parlamentaria. El anuncio matutino del nuevo incremento del paro -que ya afecta a casi 2,2 millones de británicos, por encima del 7% de la población activa- vino a nublar aún más el panorama político para los conservadores.

Los electores siguen mostrando su despego ante la oferta política de Major, rehén de iniciativas thatcherianas que asumió en su día, como la reforma de la sanidad pública, orientada a introducir más competitividad en la provisión de servicios de salud. La educación británica sigue sin satisfacer a los electores.

Los conservadores restan importancia a los resultados negativos de elecciones parciales, como la de Mommouth, que atribuyen a un deseo ciudadano de castigar al Ejecutivo sin emplicar cambios drásticos, como entregar el Gobierno a la oposición.

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