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La muerte todavía espera en la curva

El tramo donde hace un año murieron ocho motoristas no ha sido modificado

Es una curva de izquierdas que se cierra al final, con un badén y varios baches producto del asfalto carcomido. Pertenece a una autovía que en mayo del año pasado llevaba poco más de un año inaugurada. Un giro de una carretera desdoblada en autovía, pero cuyo peralte -a todas luces insuficiente- nunca fue revisado. Ahora hace un año, allí murieron ocho motoristas que iban al gran premio de Jerez. El tramo, para cuya rectificación el MOPU ha presupuestado 1.017 millones, no ha sido modificado.

En los cuatro días previos al gran premio de España del mundial de motociclismo del año pasado, se registraron más de 30 accidentes en la curva del kilómetro 223,3 de la N-IV, Madrid-Cádiz. La edición de este año, se celebra este domingo.Los datos encogen al convertirse en estadísticas oficiales. Recuérdese el desfase entre los fallecidos y afectados reales y oficiales por el síndrome tóxico, o las víctimas por el acelerador de electrones de Zaragoza. Las cifras sobre el número de accidentes en la curva de Almuradiel se han reducido sensiblemente. Para Tráfico, durante todo el año 1990 se registraron 12 accidentes en la curva, en los que murieron cuatro personas y 18 resultaron heridas.

Tráfico sólo contabiliza los accidentes en los que interviene la Guardia Civil y no aquellos en los que el lesionado o sus amigos retiran por su cuenta el vehículo accidentado. Además, para las estadísticas, sólo se considera fallecido al accidentado que muere en las 24 horas siguientes al siniestro.

Domingo Abad, presidente del Motoclub de Valdepeñas, que organizó un homenaje a los fallecidos, lo recuerda: "Fueron ocho muertos más de 30 heridos". Sólo en el hospital comarcal Gutiérrez Ortega, de Valdepenas, -poco mayor que un ambulatorio- se atendieron a 22 accidentados. Otros, en peor estado, fueron trasladados al hospital Nuestra Señora de Alarcos, en Ciudad Real, que cuenta con mejores medios para hacer frente a las emergencias, y otros, incluso a Madrid.

En su día, las autoridades dijeron que los accidentados eran en su mayoría jóvenes inexpertos o locos que circulaban a altísimas velocidades. Los accidentados rechazan que fueran haciendo el loco. Eloy Sánchez, de 48 años, proyectista de Tarragona, que se debatió durante dos días entre la vida y la muerte (ocho costillas rotas, derrame interno en los dos pulmones, omóplato partido por tres sitios y otras lesiones menores) afirma que él iba más bien despacio y que cogió la curva por la derecha. "Es absurdo", agrega Sánchez, "que digan que los que nos caímos íbamos como locos. Digo yo que si hubiéramos ido como locos, lo hubiéramos hecho en todo el recorrido, no sólo en esa curva. ¿O es qué creen que nos pusimos de acuerdo para tirarnos allí y fastidiar al MOPU?".

Rafael Quintero, cordobés de 25 años, admite que llevaba menos de un año con su moto, pero niega que fuera deprisa. "La mayoría de los que se cayeron iban prudentes y por la derecha de la autovía, donde estaba el badén y los baches", afirma. "Lo que pasa es que la gente que va en moto tiene mala fama por culpa de un dos por ciento de quemados, que se cruzan delante de los coches y hacen otras gracias. Seguro que los que más rápido iban no tuvieron problemas porque cogieron la curva por el carril de la izquierda", agrega.

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Empezar por el otro lado

Este año la curva sigue igual. Aunque tras los accidentes, los baches fueron parcheados, el asfalto está de nuevo carcomido, y en el carril de la derecha el piso está ondulado con rodadas de camiones. Eso sí, hay más señales que el pasado año. Las informativas del año pasado que recomendaban velocidades de 80 kilómetros por hora y, ya en medio de la curva, de 60 kilómetros por hora, han sido sustituidas por las redondas de prohibición en los mismos lugares, pero no han situado ningún avisador luminoso. También hay señalización de zona de obras, y grandes flechas reflectantes.

El MOPU, poco después de la inauguración del tramo, presupuestó 1.0 17 millones de pesetas para rectificar el trazado de tres curvas comprendidas entre los kilómetros 208 y 230 de la N-IV. Según fuentes oficiales se trata de hacer el proyecto uniforme y por eso hay que adecuar ahora los tramos que antes se abrieron al tráfico. Concretamente, en la curva del kilómetro 223,3 se va a ampliar el radio hasta unos 400 metros.

... y apaleados

La mayoría de los accidentados en la curva de Almuradiel se quejan del desamparo en que han quedado desde el punto de vista jurídico. Los procesos abiertos por responsabilidad objetiva de la Administración por mal funcionamiento de los servicios públicos se han archivado."Si el que diseñó la curva hubiese dicho algo de los jueces, seguro que le hubieran condenado, pero como sólo hizo un bodrio de carretera en la que se mataron ocho motoristas... tan fresco. No sé si la justicia es un cachondeo, como decía el alcalde de Jerez, pero desde luego está muy alejada de la gente de la calle", dice uno de los lesionados que prefiere mantener el anonimato "para que no me pillen como a él", afirma.

José Sánchez, de 28 años, de Valencia, dice que no comprende nada. "Yo iba despacio, entre otras cosas, porque había huelga de gasolineras y la moto, si vas rápido, tiene menos autonomía", precisa. "Iba con un amigo como paquete. Al llegar a la curva, se habían caído dos motos, y un coche que iba detrás frenó en seco. Yo también frené, pero debido a los baches y el asfalto irregular, se me fue la moto y choqué contra el coche. Total: me rompí la mandíbula y estuvieron a punto de estirparme el bazo; mi amigo, los dos tobillos fracturados, y la moto, destrozada, Tras el accidente fui trasladado al hospital La Fe, de Valencia, y tuve que pagarme la ambulancia".

"Salió el juicio y ¡sorpresa!. La sentencia, en lugar de confirmar que me caí por el mal estado del asfalto, señala que el culpable soy yo, por no llevar distancia suficiente con el coche de delante. En lugar de indemnizarme, me condenan a 50.000 pesetas de multa y me quitan el carné por un mes. Ahora, para apelar contra la sentencia me hacen desplazarme a Valdepeñas y perder días de trabajo. Es increíble, además de cornudo, apaleado. Ya no sé qué hacer".

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