Laura Antonelli
Arresto domiciliario para la actriz italiana
Laura Antonelli, una de las actrices italianas más amadas por el público, está interpretando dramáticamente estos días en su vida la película realizada en 1974 con Luigi Comencini y hoy tristemente profética, Mio Dio, come sono caduta in basso (Dios mío, cómo he caído tan bajo). La intérprete de películas como Malicia, Pecado venial, El inocente y Divina criatura se encuentra desde el martes en arresto domiciliario en espera de juicio, tras ser detenida con 36 gramos de cocaína.La palabra más usada por la actriz en estas horas, cuya historia está dividiendo al país e incluso a la clase política, es "vergüenza". Si antes de haber caído en manos de la justicia se sentía hundida en una fortísima depresión por motivos sentimentales y profesionales, al borde de cumplir sus 50 años, ahora se siente "traicionada y humillada". Frente a una actriz que ha hecho vibrar de emociones particulares a los hombres de este país, los mismos que hoy tienen que aplicarle la severísima ley contra la droga aprobada por el Parlamento, se plantea un grave dilema: si es justo que, como ha afirmado el diputado europeo del Partido Radical Marco Taradash -creador del movimiento autoprohibicionista en materia de estupefacientes-, se deje mano libre a tantos mafiosos no sólo para usar, sino sobre todo para vender droga que produce muerte, mientras se toma como cabeza de turco para demostrar la severidad de la ley a una pobre actriz en el ocaso de su carrera, que vivía encerrada en su casa, olvidada, y que podría ser condenada a 12 años de cárcel.
La gente de la calle habla de "hipocresía" e insulta a los políticos. Éstos están divididos, dentro de los mismos partidos, entre los que afirman que "la ley debe ser igual para todos" y los que responden que, precisamente porque en realidad se sabe que no lo es, sería injusto regodearse con la "pobre Laura" para lavarse así la conciencia. De hecho, la bella actriz podría acabar sus días en la cárcel por los 36 gramos de cocaína pura al 65%, suficiente para 140 dosis, encontrados por un carabinero en una bandeja de madera sobre una mesa de su chalé.
Hay quien asegura que la severidad de los magistrados con Laura Antonelli, a la que se le ha concedido arresto domiciliario y no libertad provisional como tantos esperaban, se debe a dos motivos: demostrar que la justicia no es blanda con los famosos e intentar arrancarle el nombre de los que le vendían el polvo blanco que ha acabado de destrozar su vida, ante la sospecha de que se trata de personajes muy introducidos en el mundo del cine y la televisión.
Pero la actriz, a pesar de un interrogatorio durísimo de cuatro horas en la cárcel, no descubrió a sus cómplices.
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