Guerra minimiza el papel de Serra y dice que González no necesita intermediarios
ANABEL DÍEZ El vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, afirmó ayer que las relaciones entre Gobierno y partido están aseguradas, "por fortuna, con la presencia de Felipe González al frente del Gobierno y del partido, y no necesita intermediarios". Guerra minimizó implícitamente el papel del vicepresidente, Narcís Serra, al señalar que el modelo anterior, basado en la presencia de González y Guerra en las dos instancias, "no puede ser el mismo" desde el momento que el nuevo vicepresidente no está en la dirección del partido.
La reaparición en la escena política madrileña del número dos del PSOE desde que abandonara, el 12 de enero, su puesto en el Gobierno suscitó una gran expectación. Guerra, que aparentó un ánimo recuperado, hizo gala de su habitual causticidad y estilo sarcástico, devolviendo la pelota al tejado de los informadores en lugar de responder cuando se presentaban preguntas que no eran de su agrado. El dirigente socialista aprovechó la oportunidad para decir que no ve en el PSOE muestras de división, sino "signos; de vitalidad", y que no piensa abandonar la política tras las próximas elecciones. "No da esa impresión", dijo sonriente.Alfonso Guerra dejó en un plano secundario la función de coordinador entre el Gobierno y el partido que se le ha encomendado a Serra: "Ahora no estamos en el mismo tipo de relación, no es posible, nadie del Gobierno que no esté en el partido ni nadie del partido que no esté en el Gobierno puede hacer esa función". Guerra dejaba claro que su papel como vicepresidente no lo ha heredado Narcís Serra. A renglón seguido aseguró que nada había cambiado en sus relaciones con González: "Mis relaciones con Felipe González son las mismas que hace 30 años".
Modelos políticos
Alfonso Guerra negó la existencia en el PSOE de dos modelos políticos", representados uno por el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, y otro por el aparato. La mención de esta palabra le sirvió a Guerra para la ironía al señalar que se utilizaba ese vocablo de forma peyorativa, siempre para referirse a la dirección del PSOE. "Parece que los demás [partidos] no tienen aparato; quizá sea por eso que no ganan elecciones". Guerra despachó las discrepancias con alabanzas al funcionamiento de su partido. "El PSOE ha dado siempre muestras de libertad, con opiniones diferentes, salvo cuando se elige a sus dirigentes, ya que los militantes quieren homogeneidad en la dirección, pero luego cada uno puede expresarse con libertad. Las ideas diferentes se discuten; se vota y se acepta la prepuesta de la mayoría". La conclusión de Guerra sobre la difusión de la conversación de Txiki Benegas fue: "Es un hecho de extremada gravedad". Las preguntas a Guerra estuvieron relacionadas con el contenido de las conversaciones que ponían de manifiesto las discrepancias entre Benegas y el ministro de Economía, Carlos Solchaga, y sobre la eventualidad de que Benegas pudiera presentar su dimisión. "No acepto ese tipo de palabras en una sociedad democrática", respondió Guerra. "SI algunos piensan en destituciones será entre los que espían, porque el espiado sólo debe recibir solidaridad cuando se ha violado el espíritu y la letra de la Constitución". E insistió: "He oído que el partido intenta distraer el fondo, cuando el fondo no es otro que un medio de comunicación ha espiado a un político y ha difundido una conversación privada". [La dirección de la SER insistió ayer en que la emisión de las conversaciones "fue un trabajo legítimo y profesional". "Dichas cintas no fueron grabadas por la SER", agregó, y "se captaron de forma y manera fortuita y por persona no interesada en la cuestión". "Su grabación no había sido encargada por la SER y tampoco esta cadena de emisoras compré, las mencionadas cintas. Por tanto, la SER no espía, ni ha espiado, ni espiará nunca a los políticos ni a ningún ciudadano".]
"A mí me gustaría conocer, aunque no me interesa nada, lo que dicen en conversaciones privadas algunos responsables y propietarios de esa cadena de radio y lo que dicen unos de otros", dijo ayer Guerra.
Ludolfo Paramio, miembro de la Ejecutiva del PSOE y presidente de la Fundación Pablo Iglesias, dijo ayer en Yecla (Murcia) que, tras estar varios días de viaje, cuando volvió se encontró "con el espectáculo que nos había montado la prensa, violando cualquier ética periodística y demostrando que les importa mucho más cargarse el Gobierno que garantizar las libertades". "Cuando me di cuenta de cuántos hijos de puta, con perdón, hay en este país", añadió, "tuve una gran alegría al pensar que, por lo menos, la tarde de hoy [por la de ayer] la iba a pasar entre una de las mejores agrupaciones del PSOE, la de Yecla".
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