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Juicio a 28 integristas en Túnez mientras el Gobierno dialoga con los islamistas moderados

Hoy comparecerá ante la justicia de Túnez un grupo de 28 militantes del movimiento integrista ilegal Nahda, acusados de haber incendiado la sede del partido gubernamental Agrupación Constitucional Democrática (RCD) el pasado mes de febrero, causando la muerte a un vigilante. El juicio llega en un momento inoportuno, en que el presidente Zin Ben Alí intenta abrir un diálogo con los islamistas moderados y con la oposición en un intento de relanzar el Pacto Nacional suscrito tras la jubilación de Habib Burguiba.

Abdelfatá Muru, el máximo líder del partido integrista Nahda, y Slauedin Maaui, el consejero principal del presidente, se han entrevistado ya en dos ocasiones. Han sido encuentros muy discretos, que han tenido como escenario un chalé particular de la avenida Burguiba de Cartago.En el transcurso de la primera entrevista, el abogado Abdelfatá Muru informó al consejero principal sobre la decisión de una gran parte de la cúpula del partido integrista Nahda de desvincularse de la organización y de formar un nuevo movimiento democrático, basado en principios islámicos, pero en los que no se mezcle la religión con la política. La propuesta del dirigente integrista no sorprendió a su interlocutor, entre otras razones porque pocas semanas antes el propio Muru y sus compañeros habían anunciado públicamente su decisión de "autocongelarse" y marginarse de la dirección de Nahda, entrando en un periodo de reflexión política. El mensajero del presidente tunecino fue el primero en conocer los resultados de esta reflexión.

En la segunda entrevista, siempre en el mismo chalé, fue el consejero principal, Maaui, quien habló y transmitió al dirigente integrista la opinión del presidente Zin Ben Alí sobre los proyectos del grupo de Muru. Surgía así un compromiso de legalizar el nuevo movimiento islámico, siempre y ,cuando aceptara la Constitución y la legalidad vigente. Con esta operación se pretende cerrar un conflicto que desde hace más de 10 años enfrenta a las autoridades tunecinas con el movimiento religioso. En un extremo quedarán los residuos del movimiento integrista Nahda; el Movimiento de Tendencia Islámica, y el más radical y clandestino, el Partido de la Liberación, con base en Alemania y fundado en Jordania en 1948.

Abdelfatá Muru se pregunta: "¿Por qué un país que se confiesa islámico no puede tener un partido de tendencia demoislámica, de la misma manera que en Europa existen tendencias democristianas?". Muru reflexiona en voz alta mientras acoge en su despacho de abogado un verdadero peregrinaje de desheredados que confían en su habilidad ante los tribunales. Las puertas del despacho del abogado Muru jamás se cierran.

Pacto democrático

Pero los contactos del líder de Nahda con el consejero principal no son una excepción. Forman parte de una operación política diseñada por el presidente Zin Ben Alí poco después de finalizar la guerra del Golfo, en un intento de relanzar el Pacto Nacional, firmado con la oposición un año después de su llegada al poder. Es un acuerdo moral para restablecer la democracia en Túnez, que fue firmado en noviembre de 1988 por toda la oposición, incluida la ilegal. Pero desde entonces esta oposición se ha negado a participar en el juego electoral por la falta de garantías y de credibilidad de cada una de las consultas."La guerra del Golfo nos reconcilió con el presidente. Nos dimos cuenta de que su discurso y el nuestro eran idénticos: condenábamos la invasión de Kuwait y al mismo tiempo la injerencia extranjera. Toda la oposición decidimos reclamar que esta sintonía política la proyectásemos y la potenciásemos en nuestra política interior", asegura el doctor Mohamed Mouaada, presidente del movimiento de los Demócratas para el Socialismo, la primera fuerza de la oposición legal.

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El presidente Zin Ben Alí respondió a la petición de la oposición encomendando a tres fontaneros "establecer un diálogo con los dirigentes gubernamentales". Slauedin Maaui, un hombre de la prensa; Rachid Driss, un Jurista, y el pedagogo Hasib en Ammar han sido los encargados del proyecto. Un mes después, el Gobierno ha acordado conceder ayudas económicas a los partidos para paliar sus necesidades más urgentes. Ha dado órdenes de abrir la radio y la televisión a la oposición y ha enviado circulares a los gobernadores para que acaten y respeten el papel de los partidos no gubernamentales.

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