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Gorbachov y Yeltsin alcanzan un acuerdo histórico para conjurar el caos en la URSS

La magia política de Mijaíl Gorbachov ha vuelto a imponerse. El presidente de la Unión Soviética presentó ayer, ante el pleno del comité central del partido comunista (PCUS), un pacto histórico alcanzado la víspera con el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, y los líderes de otras ocho repúblicas, que engloban al 93% de la población de la URSS. Los nueve presidentes llegaron el martes por la noche, durante una reunión celebrada en una villa de las afueras de Moscú, a mi compromiso para sacar a la URSS del caos y la crisis, evitar su desmembración mediante la firma de un nuevo Tratado de la Unión, redactar una nueva Constitución y celebrar elecciones generales y presidenciales en 1994.

Quedan fuera las seis repúblicas independentistas: las tres bálticas (Lituania, Estonia y Letonia), Georgia, Armenia y Moldavia. El pacto fue publicado a toda plana en el diario Pravda, órgano del PCUS, ante cuyo comité central compareció ayer Gorbachov. Los firmantes reconocen cl derecho de estas seis repúblicas, que albergan a 21 de los 285 millones de ciudadanos soviéticos, a "decidir de forma autónoma" su incorporación al Tratado de la Unión.Gorbachov, Yeltsin y los otros ocho líderes republicanos apoyan la "colaboración e interacción" entre todas las fuezas políticas y sociales de la URSS. Asimismo lanzan un dramático llamamiento "a los mineros y a todos los trabajadores" para que "suspendan las huelgas económicas y políticas y hagan todos los esfuerzos que estén en su mano para recuperar lo más rápidamente posible las pérdidas productivas registradas".

"A la vista de la crisis excepcionalmente intensa, los líderes de la Unión y de las repúblicas consideran intolerable cualquier intento de alcanzar fines políticos mediante la instigación de la desobediencia civil, huelgas y llamamientos para derrocar a las autoridades legalmente constituidas", dice el acuerdo.

Se trata de un espaldarazo de primera línea para el líder del Kremlin y un freno en seco para los involucionistas. Gorbachov arremetió ayer contra quienes intentan "desviar al país del camino de las reformas, bien lanzándolo a otra aventura ultrarrevolucionaria que amenaza con destruir nuestro Estado, bien devolviéndolo al pasado, a un régimen totalitario disfrazado".

[PP] Página 3 / Editorial en la página 14

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