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Luxemburgo propone adelantar la apertura de fronteras de la CE a los emigrantes españoles y portugueses

La presidencia luxemburguesa de la CE planteará en junio la supresión anticipada de los obstáculos que impiden la libre entrada en los restantes países de la Comunidad de los trabajadores españoles y portugueses. La propuesta fue anunciada el pasado lunes por el primer ministro de Luxemburgo, Jacques Santer. Representantes del Gobierno español manifestaron no estar muy interesados con esta medida que, "por encima de las ventajas para nuestros emigrantes, representa un peligro de invasión por nuestros vecinos".

Los Tratados de Adhesión de España y Portugal a la CE fijaron un perído transitorio hasta permitir la libre circulación de los trabajadores de estos dos nuevos socios de tradición emigrante. El plazo para mantener las trabas al libre acceso de los puestos de trabajo finaliza el 31 de diciembre de 1992. Luxemburgo -país que cuenta con un 28% de mano de obra inmigrada extranjera, en su gran mayoría portuguesa- exigió y obtuvo un período especial dos años más largo, que expira al final de 1994.La propuesta de adelantar la apertura de fronteras al próximo año cobra un valor especial por venir precisamente de Luxemburgo, el país más reacio y el que más teme conceder el derecho de voto en las elecciones locales a la población inmigrada. Este proyecto que se inscribe en la propuesta española sobre el derecho de ciudadanía europea se enfrenta a la oposición de los países que temen perder parte de su identidad nacional.

El tema de los emigrantes será planteado en el Consejo de Ministros de Asuntos Sociales de la CE que se celebrará el 25 de junio. En los últimos meses Portugal ha planteado reiteradas veces el agravio comparativo que representa mantener el periodo transitorio para espaficiles y portugueses, cuando a los alemanes de la ex RDA se les reconoció automáticamente la integración plena.

En el Consejo de Exteriores del pasado 22 de octubre Portugal exigió un trato igual para todos los emigrantes comunitarios. La delegacion española, entonces encabezada por el actual ministro de Agricultura, Pedro Solbes, obvió este tema y se centró en conseguir el fin de la discriminación de las exportaciones agrarias españolas al territorio de Alemania del Este. Los Doce aceptaron conceder a los productos españoles las mismas ventajas de entrada que gozan otros países de Europa oriental.

En cuanto a la discriminación de los trabajadores españoles y portugueses frente a los alemanes del Este, el acuerdo entre los Doce fue volver a replantear este año el tema. Portugal ha vuelto a la carga y la presidencia luxemburguesa ha asumido la propuesta, forzada ahora por las facilidades de entrada a la CE que se están dando a ciudadanos de países del Este.

"España no es partidaria de insistir en este aspecto, porque teme la invasión de sus vecinos", manifestaron ayer fuentes del Gobierno. La tesis oficial es que apenas existen problemas para el flujo decreciente de mano de obra emigrada.

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