El Insalud aplaza hasta el último momento la utilización de las nuevas recetas
La mayoría de los madrileños que acudan al médico con alguna dolencia tendrán que esperar hasta el 1 de mayo para conocer las nuevas recetas que el Instituto Nacional de la Salud (Insalud) ha incorporado para agilizar la prescripción de medicamentos. La medida se debe a la gran reserva de recetas tradicionales que tienen los consultorios y hospitales de la región.
La imposición del nuevo modelo no ha sido uniforme en todas las comunidades donde el Insalud tiene todavía las competencias en materia de sanidad. 'La aplicación ha sido en principio muy irregular. Algunas provincias comenzaron a utilizarlas antes y otras más tarde, informan desde la dirección general del Insalud.'La recomendación fue que se simultanease el uso de ambos tipos de receta, para acostumbrarse poco a poco a la nueva, pero sin imponerla hasta que se acabase el plazo decretado para aprovechar las antiguas, sobre todo por una cuestión de economía", informaron las mismas fuentes.
Los libros antiguos de recetas constan de 100 impresos, y las tiradas son de 40.000 talonarios. En la región, según un portavoz de la dirección territorial del Insalud, se rellenan mensualmente cuatro míllones. "En abril se ha empezado a utilizar el nuevo modelo en algunos consultorios de barrios o pueblos de la comunidad, y en cualquier lugar donde se terminen las recetas antiguas remitiremos las nuevas".
La diferencia principal con las recetas tradicionales es que, en este caso, el enfermo se queda con una copia de la prescripción médica, y tanto en su ejemplar como en el que queda en la farmacia se contempla la dosificación y periodicidad con que debe aplicarse el medicamento.
En el nuevo modelo es también posible especificar el diagnóstico, el punto más polémico en opinión del Sindicato Médico de Madrid. "Este dato sólo se pone voluntariamente, porque la receta tiene la misma validez tanto si se incluye el diagnóstico como si no. Pero la simple posibilidad atenta contra el secreto profesional y el derecho del paciente de que no se haga pública su dolencia", explicó Antonio Rivas, secretario general del sindicato. "Adernás, si el farmacéutico conoce su profesión, al vender un determinado producto ya puede suponer cuál es la enfermedad de su cliente".
'Teledé'
La nueva receta incorpora un nuevo modelo, el de tratamiento de larga duración, conocido ya en ambientes sanitarios como la teledé (TLD), por el cual es posible prescribir hasta cinco envases de un mismo medicamento en periodos de hasta tres meses, lo que evita a los enfermos crónicos volver a la consulta en cuanto se les acaban las recetas." El farmacéutico tiene que despachar los envases de uno en uno", explican en el Insalud. "Por otro lado, las recetas se producen en la Fábrica de Moneda y Timbre, por lo que disponen de una impresión de seguridad que se aprecia al trasluz y hace casi imposible la falsificación".
"No nos parecciusto que sólo se pueda poner el más barato de entre todos los productos similares", continuó Rivas. "Lo aconsejable es que se estudie todo el índice de medicamentos y que aquellos que tengan la misma composición tengan el mismo precio. En cuanto a la duración del tratamiento, las famosas teledés no son la panacea, porque a veces una persona se cura antes de lo que se esperaba, y, sin embargo, ahora tendrá recetas para más tiempo de lo que necesite, por lo que no es muy exacto. A pesar de ello, esta medida está bien, porque son más los casos que sólo tenían que pasar por el médico para que les renovase la receta porque su estado no había cambiado considerablemente".
La dirección general del Insalud realizará este verano una encuesta entre los profesionales para calibrar el grado de aceptación de estas nuevas recetas.
