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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La ley del deseo

22.05 / la 21987 (98 minutos). Director: Pedro Almodóvar. Guión: Pedro Alm odóvar. Fotografia: Ángel Luis Fernández. Intérpretes: Eusebio Poncela, Antonio Banderas, Carmen Maura, Miguel Molina, Bibi Andersen, Helga Liné. Drama.Asumidas estaban ya todas las calidades del joven maestro -y discípulo de diversos frentes, desel.e Douglas Sirk hasta Imperio Argentina- a principios de 1987, cuando llegó ,-nuestras pantallas La película La ley del deseo.

El avispado, juguetón, cutre, desaliñado pergeñador de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del moníón quedaba lejos, a anos luz su nombre como adalid de la movida. Estábamos en cosas más serias, infinitamente más ser"as. El filme Entre tinieblas había dade, el toque de atención. ¿Qué he hecho yo para merecer esto!, la sorpresa, grata y limpia sorpresa. Y Matador, la confirmación, un techo, la llegada de un cine maduro, la sublimación de muchas iconografias ibéricas moldeadas desde, prismas nuevos.

A partir de ahí, a cada nueva película de Pedro Almodóva)_ - se acerca uno con la boca babeante, el corazón palpitando y el alma en éxtasis. El novísimo devino clásico: como Woody Allen o Eric Rohmer, cada nuevo contacto con su cine es síntoma de vida, de: cine en estado de buena salud, un acto ritual de amor.

La ley del deseo resultó ser uno de sus filmes más fuertes, por así decirlo; más atrevidos, osados. Una primera escena de sexo explícito en la cama ya nos pone en la autopista, sin límite de velocidad, de su recorrido. Un análisis de las pasiones, los instintos secretos, los deseos, el amor que anidan en c.11 género humano es lo que La ley del deseo nos propone, y para ello una fauna de hombres y mujeres, homosexuales y transexuales, asesinos y asesinados, y hasta el fantasma. de Jean Cocteau y La voz humana se convocan en el filme.

Demasiadas cosas, dirá el lerdo, 0 aquel que denoste -los hay a puñados-, por las razones que sean, el trabajo de Almodóvar. Muchas cosas, sí, pero metidas en su solo cuerpo, en una unidad estilística, en un hechizo único de 100 m'nutos. No hay ya espacio para las loas que se merecerían los actores. Símplemente que conste.

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