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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Ahora que

EL PAÍS ha dado a los dos españoles Margarita y Miguel, realizando estudios posgrado en EEUU, la oportunidad de desahogar sus frustraciones sobre "el patriotismo fanático americano" y el gran "bloqueo mental" (de lo que se supone que sufrimos la mayoría de nosotros), permítame, por favor, hacer un comentario, quizá menos generalizado,, sobre mi experiencia aquí, en Madrid, durante el estallido de la guerra.No me atrevo a psicoanalizar al ciudadano medio español porque, habiéndolo hecho Miguel y Margarita no tan eficazmente sobre el americano, veo la gran necesidad de evitar las generalizaciones groseras a toda costa.Además, me ha parecido que Miguel y Margarita se consideran capaces de llegar a un criterio o juicio sobre el americano medio después de haber estado unos meses en EE UU, cuando yo misma, después de haber pertenecido a esa clase por más de 20 años, no osaría fingir saber cómo es el americano medio.

Conste que mientras Margarita y Miguel se sentían "intimidados y frustrados por no poder expresar" sus ideas en EE UU, me sentí igual aquí, en España.

La saña que los americanos sentían por Sadam Husein era algo parecido a la saña que los españoles sentían por EE UU por haber provocado "una situa-

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ción bélica casi de guerra mundial". Tuve que aguantar muchas críticas y muchas opiniones desfavorables sobre mi país, mi cultura (o la carencia de ella) y mi Gobierno durante mucho tiempo. Las manifestaciones contra la guerra, y muchas veces con matices antiamericanos, no me complacieron, igual que a muchos de EE UU, y, sobre todo, el ambiente de "represión" (como destacaron Margarita y Miguel) no ha complacido a los extranjeros viviendo en mi país.

No nos engañen sobre los motivos del Gobierno de cualquier país: "América, para los americanos", "España, para los españoles", "Francia, para los franceses", etcétera... ¿Qué hacemos todos los ciudadanos del mundo de a pie? Dos cosas. Primero, reconocer que lo fácil siempre es generalizar sobre algo que no comprendemos. Segundo, hacer un esfuerzo para que podamos dejar de generalizar de una vez por todas sobre la política, la cultura, la mentalidad o la conducta de cualquier país al cual no pertenecemos.- Colegio mayor Juan Roncali.

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