Europtimismo
El motivo que me lleva a escribir esta carta no es otro que la preocupación por el estado actual de la construcción europea. Tras el fracaso por adoptar una política exterior común frente a la guerra del Golfo, se ha creado un clima de estancamiento, desilusión, europesimismo en una sola palabra, lo cual es verdaderamente deplorable a sólo nueve meses del comienzo de 1992.Sin embargo, la situación debe ser mirada desde un punto de vista más constructivo. Los primeros europeístas, o al menos los primeros que lucharon por que los términos utopía y europeísmo no fuesen usados conjuntamente, fueron conscientes de que para comenzar a construir deberían empezar por unir a Europa económicamente. Esta tarea ha llevado varias décadas, pero no podemos negar que el resultado haya sido un éxito. Sólo ahora se ha empezado a hablar con firmeza de la unión política de Europa, a la que las 12 naciones que la componen aspiran a medio plazo.
Por todo ello, me resulta incomprensible que se diga, abiertamente y de forma absolutamente irresponsable, que la unión política esté más lejos que nunca. ¿Cómo es posible que a un niño que está aprendiendo a andar se le haga subir primero una escalera? De la misma forma, el que la Comunidad no haya actuado con voz propia frente a la crisis sólo ha de servirle de acicate para acelerar el proceso que ha comenzado. Objetivamente, su verdadero fracaso ha sido dar una imagen de europesimismo injustificado.- .