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Trabajo autoriza la regulación de empleo en Amper Programas y deniega despidos

La empresa Amper Programas ha puesto en marcha un plan de regulación temporal de empleo que afecta a 350 de los 550 trabajadores que forman la plantilla, después de serle denegado por parte de] Ministerio de Trabajo un expediente que recogía la rescisión definitiva de los contratos laborales. La medida se ha adoptado para paliar las pérdidas originadas en la compañía, perteneciente al grupo Amper, al no lograr contratos significativos del Ministerio de Defensa.

La dirección de Amper Programas había presentado ante la Dirección Provincial de Trabajo de Madrid un expediente de rescisión definitiva de contratos, pero la Administración ha aprobado un plan de regulación temporal de empleo, con vigencia desde el pasado día 11 de marzo y que se aplicará hasta el próximo 31 de mayo.La Administración rechazó la proposición de rescindir los contratos laborales al considerar que la compañía se había creado hace un año y medio con un plan de empresa tutelado por el grupo público Instituto Nacional de Industria (INI). De hecho, esta empresa nació de un acuerdo entre Inisel y Amper, propiciado por el Ministerio de Industria y Energía.

"Habida cuenta del origen de la empresa, la Dirección Provincial de Trabajo dijo que hay que dejar un espacio de tiempo para que los agentes que crearon la compañía puedan elaborar un plan alternativo para sacarla adelante", explica un responsable del grupo Amper.

La compañía está especializada en las telecomunicaciones civiles y militares (radioteléfonos, sistemas de comunicación tácticos, de combate y estratégicos, entre otras actividades), y se creó con un capital social que ascendía 1.234 millones de pesetas.

"Una empresa dedicada a la comunicación para la defensa sólo puede tener un cliente Importante, el Ministerio de Defensa. Pero nadie podía pensar que no Iban a comprar nada", se lamentan en la dirección del grupo.

El año pasado Amper Programas vendió material por valor de 2.000 millones de pesetas y obtuvo unas pérdidas de 1.000 millones de pesetas. Estas cifras no coinciden con el plan de empresa con el que nació la compañía, que contemplaba una cartera de pedidos procedentes del Ministerio de Defensa que representaría la mayor parte de los ingresos de la firma, y unas ventas de, por lo menos, 6.000 millones de pesetas.

"Pero no se ha conseguido ningún contrato significativo del Ministerio, por lo que se ha planteado la propia viabilidad de la empresa", señala un portavoz del grupo Amper que explica que si la empresa continúa con la misma plantilla está condenada a la quiebra "por lo que no queda más remedio que adaptar el número de trabajadores al mercado".

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