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Reportaje:GENTE

Anne Parillaud

Un premio César a la musa de la adolescencia francesa

En verdad hay cosas que sólo los adolescentes pueden comprender. El cine del director francés Luc Besson es una de esas cosas. Despreciadas con una aplastante unanimidad por la crítica, las películas de Besson -Subway, Grand bleu y Nikita- han llevado a las salas oscuras a un total de 14 millones de adolescentes y jóvenes franceses. Para esa inmensa muchedumbre, la delgada y misteriosa Anne Parillaud es toda una musa. Ella es la protagonista de Nikita, la compañera de Besson y la madre de su hija.El pasado sábado, la industria cinematográfica francesa entregó sus premios César. Como estaba mandado, el actor Gérard Depardieu y la película Cyrano de Bergerac cosecharon una tonelada de estatuillas. Pero los miembros del jurado no pudieron hacer oídos sordos a la bessonmanía de la juventud francesa: Anne Parillaud obtuvo el premio César a la mejor actriz por su papel en Nikita. Al escuchar la noticia, el hirsuto Besson lloró como un niño.

Besson es el Pigmalión de Anne Parillaud; él escribió y dirigió Nikita exclusivamente para ella. La historia de esa película comenzó hace cuatro años, cuando el director conoció a la que desde entonces es la mujer de su vida. "Anne", cuenta Besson, "era muy cerrada, muy inaccesible, muy difícil de entender, por lo que decidí imaginarme su historia. Un día, en un avión, escuchaba en mi walkman la canción Nikita de Elton John cuando me dije: "¿Y si Anne fuera una espía?".

La película Nikita es un tebeo filmado con la estética de los vídeos musicales. Cuenta las peripecias de una drogadicta condenada a cadena perpetua por haber matado a varios policías durante un asalto a una farmacia. Nikita, la drogadicta, es reconvertida por los servicios secretos franceses, y se transforma en una mujer fatal y una eficacísima máquina de matar.

La debilidad del argumento de la película y los excesos de su estética la convierten en casi insoportable para alguien de más de 25 años. Pero Nikita, como todo el cine de Besson, habla directamente a los chicos y a las chicas que no han comenzado aún la dura batalla por el pan nuestro de cada día. "La adolescencia", suele proclamar Besson, "es la única edad en la que se es auténtico; la sociedad de los adultos pudre esa pureza".

En un reportaje sobre la bessonmanía efectuado por Le Nouvel Observateur, muchos de los chavales franceses entrevistados afirmaron que les encantaba la risa del director y la compararon a la de un delfin. Y todos dijeron haber comprendido que el mensaje de Nikita es que el amor es la única escapatoria a la violencia.

A sus 29 años, Anne Parillaud es la gran figura femenina en el panteón de la bessonmanía. Suele vestir ropas de Yamamoto, calzar botas militares inglesas e ir peinada como si acabara de levantarse de la cama. Es una mujer muy tímida, y su rostro es capaz de expresar tanto la más insondable dureza como la ingenuidad de una cria.

Parillaud dice no compartir la violencia del personaje Nikita, pero sí su silencio. "Me resulta muy difícil hablar", dice. "Si pudiera, me callaría y me dedicaría tan sólo a sentir". Y luego añade: "Es difícil encontrar gente que sea de tu mismo planeta. Siempre me siento extranjera". La actriz reconoce que su relación con el director atraviesa las tormentas clásicas. "Luc y yo", explica, "somos muy diferentes. Yo soy una apasionada de la lectura. Siempre llevo un libro encima. Luc no lee nunca". El director, como los adolescentes que lo idolatran, prefiere el mar, la música y las motos.

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