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POSGUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Kuwait, con un pan bajo el brazo

Tres meses de mercancías gratuitas para los ciudadanos del emirato liberado

Juan Jesús Aznárez

ENVIADO ESPECIAL, La posguerra kuwaití llega con un pan debajo del brazo, una lata de 40 litros de gasolina y una llamada de larga distancia. Los cinturones de pobreza propios de situaciones de emergencia y la proliferación e los especuladores que siguen a las catástrofes no han encontrado espacio en el emirato reconquistado. Los kuwaitíes y residentes en la nación liberada se alimentan como antes de la invasión y juegan a las cartas por las tardes, como lo hacían durante la ocupación iraquí. Hay una diferencia: con anterioridad a la entrada de las tropas de Sadam, la cesta de la compra estaba subsidiada. Ahora es gratis y casi igual de abundante.

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En un supermercado del barrio de Kawalli, 30 empleadas de la limpieza filipinas armadas dirigidas por un capataz de su misma nacionalidad abrillantan estanterías, pasillos y rincones de un establecimiento que sólo ofrece estropajos metálicos, jabones, pañales y algo que se parece a los pepinillos en vinagre. "Mire, mire estas valientes mujeres que se quedaron durante la invasión aguantando todo, como nosotros. Merecerían que les triplicásemos el sueldo", comenta el encargado del supermercado capitalino. El radar de las fregonas ha captado este encomiable comentario y la reacción de las combatientes filipinas no se hace esperar: "¡Eso, eso!", jalean levantando las escobas y bayetas.En la explanada exterior concentradas ante la puerta del almacén, unas 200 personas aguardan pacientemente su turno para retirar los artículos a los que tienen derecho. Las despensas parecen estar bien surtidas y nadie se impacienta. Las cajas con botellas de naranjada se apilan por cientos. No hay gritos ni empujones. "Previa presentación de la libreta verde, cada persona puede elegir 10 cosas. Por ejemplo, aceite, arroz lentejas, harina, sacos de basura, leche en polvo, leche maternizada, agua o carne", informa Ahmed Al Rulayan, el almacenero. Durante tres meses, estas entregas serán gratuitas. La cantidad y periodicidad de las remesas depende del número de miembros de la familia y de sus necesidades. "Prácticamente es lo mismo que dábamos antes de ser invadidos por Irak". Los iraquíes que hacían la compra con el lanzagranadas en la sobaquera fueron poco respetuosos con la caja del supermercado durante las primeras semanas de ocupación, y los amortiguadores de los carritos del establecimiento reventaron con toneladas de mercancías libres de todo impuesto. "A los dos meses comenzaron a pagar lo que se llevaban, pero lo hacían con dinares iraquíes, que para nosotros no tenían ningún valor. El saqueo revestía otra modalidad", declara Al Rulayan. Los iraquíes llegados a Kuwait introdujeron su propia variedad: un dinar kuwaití correspondía a cinco dinares iraquíes; ahora, la moneda del emirato, que aún no circula, vale 15 dinares de Bagdad. "Gran parte de nuestras existencias fueron escondidas para evitar su robo, pero en ocasiones las descubrían".

La gasolina es en estos días gratuita, y las colas para obtenerla, que se formaban poco después de la liberación del emirato, han desaparecido. Los kuwaitíes llenan los depósitos de gasolina sin problemas, y los coches que fueron ocultados a las tropas iraquíes, durante la ocupación, circulan de nuevo por las calles de la capital.

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