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Una mujer virgen, inseminada artificialmente en el Reino Unido

La revelación de que una mujer virgen británica está siendo sometida a tratamiento de inseminación artficial para tener un hijo ha provocado una marejada en el Reino Unido donde la noticia de los hijos de vírgenes ha sido seguida de condenas contra el presunto egoísmo dé quienes no ahorran medios para subvertir las leyes de la naturaleza en beneficio propio y la aprobación de quienes hablan del derecho a elegir. Parlamentarios conservadores han clamado contra los "hijos por diseño" y exigido cambios en la legislación en un momento en que también está sobre la mesa el debate sobre la adopción de niños por parejas homosexuales.Una mujer de 20 años, que vive en el centro de Inglaterra y que se considera heterosexual, dice no haber tenido nunca relaciones sexuales con varones ni desea mantenerlas y que descarta el casarse. Ella está sometida a inseminación artificial para quedar embazarada. El tratamiento se lleva a cabo en un hospital de Birminghan bajo el patrocinio del British Pregnancy Advisory Service (BPAS), una entidad sin ánimo de lucro que trata de cuestiones relativas a embarazos (fundamentalmente abortos) sobre la que han caído chuzos de punta al trascender este proyecto, en el que también están embarcadas otras tres vírgenes.

Experimento técnico

El BPAS está intentado quitar trascendencia al experimento al describirlo en términos puramente técnicos, y Diane Munday, una experta en planificación familiar que hasta hace muy poco trabajaba para BPAS, dice que hace muchos años que se están aplicando tratamientos de concepción a mujeres solas y que la virginidad no tiene ninguna importancia: en mujeres adultas el himen está casi siempre perforado y no supone ninguna traba a la jeringa.La idea ha suscitado la condena de medios conservadores. La reacción generalizada ha sido la de considerar que no se tienen en cuenta los intereses de la futura criatura. "Reduce a los niños a la situación de bienes de consumo", dice la parlamentaria Ann Winteron, que desearía ver, al Gobierno adoptar medidas para poner fin a esta práctica.

Un portavoz de la Asociación Médica Británica, especie de colegio profesional, comenta que "a primera vista no parece que haya problemas éticos, aunque desde luego se plantean cuestiones éticas". Virginia Bottomley, secretaria de Estado de Sanidad, ha asegurado que el Gobierno no pretende ilegalizar la concepción virginal. La repulsa de los conservadores ha sido contestada con la aprobación de izquierdistas y feministas.

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