Los blindados imponen la calma en Belgrado
El centro de Belgrado registró ayer el más grande despliegue de potencial bélico en la historia de la Yugoslavia de posguerra. Carros de combate y tanquetas militares custodiaban los edificios públicos y la plaza de la República, punto neurálgico de la capital yugoslava. Ocho blindados y centenares de policías protegían el edificio de la televisión de Belgrado. Miles de policías -regulares, antidisturbios y reservistas- controlaban el centro de la ciudad, impidiendo la libre circulación de los ciudadanos y golpeando a todo joven que les parecía sospechoso. El Gobierno serbio, que llamó "traidores a la patria" y "terroristas" a los líderes de la oposición, empezó a retirar el despliegue bélico por la noche.
En presencia de esta corresponsal dos jóvenes fueron duramente golpeados por no tener sus tarjetas de identidad ya que eran menores de edad. Decenas de miles de ciudadanos salieron a las calles para ver el espectáculo impresionante del despliegue de fuerzas militares, para comprobar con sus propios ojos cómo la policía detenía y maltrataba a los jóvenes, para oír incrédulos el constante ruido de los motores de los tanques.Ésta era el aspecto que ofrecía Belgrado un día después de las más grandes manifestaciones antigubernamentales celebradas en la capital en las últimas décadas, en las que participaron unas 50.000 personas. Asimismo fueron las manifestaciones más brutalmente reprimidas, con el saldo de dos muertos, más de 70 heridos, una decena de ellos en estado grave.
Las manifestaciones fueron convocadas por el Partido de Renacimiento Serbio y otras 10 organizaciones de oposición para protestar contra los programas informativos tendenciosos de la televisión de Belgrado. Exigían la dimisión del director de la televisión, Dusan Mitevic, junto a otros cuatro editores o redactores de los programas informativos, y el cese del control del Partido Socialista Serbio (comunista) sobre los programas y de los periodistas.
Programa informativo
Ayer por la noche, el telediario de la televisión de Belgrado, contra el cual se protestaba, emitió durante 40 minutos (normalmente dura 30) las imágenes de las muy numerosas reuniones de los miembros del Partido Socialista Serbio en toda la república En ellas, los líderes de la oposición eran calificados de "traidores a la patria", "vándalos" y "terroristas que actúan en complicidad con el poder fascistoide en Croacia y los secesionistas albaneses en Kosovo".La presidencia colectiva yugoslava, en ausencia de sus miembros de Eslovenia y de Croacia, celebró ayer una reunión de urgencia y emitió un comunicado en el que calificó de "destructivas" las manifestaciones en Belgrado y aseguró que "garantizaría el orden constitucional, la seguridad de los ciudadanos y de su propiedad".
El primer ministro serbio, Dragutin Zelenovic, declaró que las manifestaciones estaban organizadas en concordancia con los elementos extranjeros, sin especificar cuáles.
La televisión de Belgrado y el diario Politika, ambos controlados férreamente por los comunistas, contribuyeron con su información tendenciosa y la difamación de los partidos de posicíón, a la victoria electoral de Slobodan Milosevic y el Partido Socialista Serbio en las elecciones celebradas el 9 de diciembre pasado. Por ello el Gobierno no autorizó la manifestación.
A pesar de la prohibición, más de 50.000 personas se congregaron el sábado en la plaza de la República, sorteando el enorme despliegue de policías que impedían la entrada a la ciudad.
Brutalidad
Los manifestantes rompieron el cordón policial que protegía la plaza, y mientras uno de los líderes de la oposición se dirigía a los congregados, la policía atacó brutalmente con cañones de agua, porras y gases lacrimógenos, lo que desencadenó una batalla campal con los jóvenes que se extendió por toda la ciudad.Hacia la tarde del sábado las manifestaciones fueron reprimidas, el centro de Belgrado destruido y el líder del Partido de Renacimiento Serbio, Vuk Draskovic, fue detenido en el Parlamento. El vicepresidente del mismo partido, Jovan Marjanovic, fue arrestado a las cuatro de la madrugada en la sede de la organización por ocho agentes que realizaron un registro sin mandato judicial. Otros militantes fueron encarcelados.
Diecinueve diputados de la oposición iniciaron el sábado una huelga de fiambre para reclamar la convocatoria de una reunión urgente del Parlamento serbio para identificar a los responsables de la represión policial. Los medios de información independientes, el canal de la televisión belgradense Studio B, y la radio estudiantil B 92 fueron acallados por la policía alegando que "incitaban a la rebelión".
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