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Un grupo de presos de ETA se negó a recibir a Iruin, emisario de la dirección

Un importante grupo de presos de ETA en la cárcel alavesa de Nanclares de la Oca se negaron el pasado mes de diciembre a recibir al dirigente de HB Íñigo Iruin, que había sido designado por la dirección de la banda como interlocutor con los reclusos, según informaron fuentes penitenciarias. ETA consiguió en esas fechas abortar el debate que los militantes internos en esa prisión pretendían realizar sobre la conveniencia de acogerse a beneficios penitenciarios, entre ellos, el régimen abierto que permite la salida de la prisión durante el día.

La mayoría de los etarras de la prisión de Nanclares, donde el Gobierno interna a los presos menos reacios a la reinserción o que considera que su evolución es más favorable, eran partidarios de solicitar o aceptar las mejoras de grado y otras ventajas que les fueran propuestas por Instituciones Penitenciarias. Sin embargo, la noticia del debate llegó hasta la cúpula de ETA, que se opuso a su celebración. Además, dio instrucciones para que todos los etarras presos contestasen a un cuestionario sobre su situación personal, tiempo de condena, periodo cumplido, grado, y otras preguntas similares.

Emisario

El abogado y senador de Herri Batasuna Íñigo Iruin, uno de los pesos pesados de la coalición, fue designado emisario entre la organización y los reclusos.Muy pocos de estos últimos le tenían designado como defensor La mayoría de los internos han pasado varios años en distintas prisiones y, cuando fueron Juzgados, su abogado fue Iñaki Esnaola, dirigente de la coalición que llevaba la defensa en gran parte de los procesos que se celebraban contra miembros de ETA.

Esnaola ha sido apartado de esas funciones en beneficio de otros letrados como el propio Iruin, Txema Matanzas, Iñaki Goyoaga o Karmele Idiazábal, entre otros.

Esnaola también ha sido relevado en el contacto con los presos, que antes realizaba muy frecuentemente, según ha admitido él mismo, por lo que asegura que no conocía las iniciativas, de sus defendidos, coincidentes con los planteamientos que el propio Esnaola defendió en una carta personal dirigida a Francisco Múgica Garmendia, Pakito, máximo dirigente de ETA.

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Un grupo de presos, pese a la instrucción de la cúpula de la organización terrorista, decidió no recibir a Iruin, según fuentes penitenciarias.

Al mismo tiempo, siete de ellos han decidido solicitar el régimen abierto y afrontar las consecuencias que su actitud pueda acarrearles. Se trata de etarras de cierta importancia en el colectivo de presos. Al menos tres de ellos están condenados a penas superiores a los 30 años de reclusión y llevan una media de 10 años de cárcel cada uno.

Uno de ellos, Isidro Etxabe Urrestilla, Zumai, un histórico de la banda, detenido en 1981 en Madrid junto al fallecido Joseba Arregui y condenado por varios asesinatos, dirigió hace cuatro meses una carta a la dirección de ETA en la que criticaba duramente la estrategia política seguida por la organización en los últimos tiempos, a la que llegaba a calificar de "locura".

Actuaciones similares originaron a principios de 1990 la expulsión de dos etarras del colectivo de presos por acogerse a salidas personales en lugar de esperar a una solución global para todos los presos.

Expulsiones

El primero de ellos, cuando la dirección le pidió explicaciones, contestó que consideraba que el colectivo de presos ya no existía, por lo que se decidió su expulsión y hacerle el vacío.Otros tres etarras encarcelados en el penal de El Dueso (Santander) iniciaron en febrero de 1990 gestiones para acogerse a la reinserción. Ya a finales de 1989, 11 presos de ETA en la prisión de Herrera de la Mancha votaron. en contra de la huelga de hambre instada por la dirección de la banda terrorista. únicamente cuatro votaron a favor. En sectores de los familiares de los etarras se empezaba a decir que se pedía demasiado de los presos.

Un informe de las Gestoras pro Amnistía dirigido a la cúpula de ETA a principios de 1990 aconsejaba que se tolerase que los presos aceptasen los beneficios penitenciarios que les propusieran para evitar escisiones.

La dirección de ETA ha sido siempre opuesta a la búsqueda de salidas personales por parte de sus militantes presos, pero ya ha aceptado que los internos acepten los beneficios que Prisiones les ofrezca. Ignacio de Juana Chaos, que fue jefe del comando Madrid, y José Antonio López Ruiz, Kubati, autor del asesinato de la ex dirigente etarra María Dolores González Catarain, Yoyes, son los dos activistas que encabezan el sector duro en las cárceles españolas y, representan la defensa de la ortodoxia de la dirección de ETA.

En la actualidad, alrededor de medio centenar de presos se encuentran en tercer grado, de los que más de la mitad disfrutan de régimen abierto, es decir, que están en libertad durante el día y pernoctan en la prisión.

Volver a prisión

En julio de 1990, un caso de régimen abierto originó una gran polémica en HB. Familiares y amigos del etarra Cándido Aspiazu, de Azkoitia (Guipúzcoa) le tributaron un homenaje al volver al pueblo por primera vez después de 10 años de prisión. El debate se produjo cuando se conoció que el etarra había tenido que volver a dormir a la cárcel. Varios defensores de Aspiazu fueron expulsados de HB.Ahora, un importante grupo de reclusos que teme las posibles represalias de ETA está a la espera de ver cómo evoluciona la situación antes de solicitar beneficios penitenciarios al margen del colectivo de presos.

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