Los decomisos del concejal Matanzo abarrotan tres almacenes municipales
La alarma la dio el derrumbe de varias cajas repletas de perritos nadadores, grilletes de policía, cintas piratas y candados sin llave. Estaban apiñadas en una habitación blindada del centro cultural Lavapiés, una de las tres dependencias municipales colmadas por los miles de objetos decomisados en año y medio por el concejal de Centro, Ángel Matanzo. "Aquí no cabe nada más. Algo habrá que hacer con esto", pensó el funcionario que estuvo a punto de quedar sepultado bajo los artículos intervenidos. Y se va a hacer. El Ayuntamiento sacará a subasta en breve un lote de decomisos compuesto por 40 bicicletas, dos escopetas, herramientas, radios, cinturones...
"Cinco muñecos de peluche, 2 botas de montar, 1, 7 cintas de ordenador, 2 cuadros sin marco, 28 serpientes de papel". Es el resumen de una de las 40 intervenciones que, como media, realiza la Policía Municipal en el Rastro dominical, paraíso de la venta ilegal y del tráfico de objetos de procedencia dudosa.Desde que Ángel Matanzo llegó, hace 20 meses, a la presidencia de la Junta de Centro, han aumentado los artículos decomisados en el distrito hasta llegar a abarrotar tres dependencias municipales.
Los variopintos decomisos de Matanzo -"un par de playeras viejas, 18 cartuchos, 150 pendientes, 4 faros antinieblas"- fueron depositándose primero en el almacén de la Villa, adonde van a parar desde los muebles de un desahucio hasta el viejo quiosco de prensa. levantado de la vía pública.
Un reloj roto
Meses después, los responsables de la junta habilitaron un trastero del centro cultural Lavapiés, que pronto se llenó tras nuevas intervenciones policiales: "Ocho jerséis Lacôste imitación, una caja de preservativos, una bolsa con circuitos impresos, 62 coleteros, un reloj roto, una botella de whisky vacía".Por último, se prepararon para improvisado almacén dos habitaciones de la antigua Junta de Arganzuela, en la Ribera de Curtidores. Se unió techo y suelo con estanterías metálicas y se blindó la puerta de entrada. Los miles de objetos que abarrotan ahora esos antiguos despachos van a ser subastados.
El secretario de la junta, Enrique Mezquita, está elaborando un informe sobre las posibles salidas que puede tener el material decomisado. "De momento, vamos a hacer una subasta con parte del material, porque es el sistema más rápido, y debemos dejar libres las oficinas porque van a destinarse a otro fin", explica.
La junta ha decidido hacer un lote con todo lo almacenado y no una subasta objeto por objeto: bicicletas, ruedas, cintas v cientos de artículos inservibles y destrozados. Pero, eso sí, todo catalogado y con su correspondiente expediente.
Angel Matanzo afirma que hubiera preferido regalar a colegios e instituciones los objetos en buen uso, pero la donación no está prevista en la legislación. Mezquita añade que hasta se podría llegar a un acuerdo con las tiendas de decomisos para comercializar los artículos a. través de ellas. Pero todo ello depende de las posibilidades jurídicas de estas opciones.
Mientras se decide qué hacer con todo lo incautado, el polvo y, la humedad envuelven los artículos. "Noventa y seis carteles de toros y 45 carteles de fútbol". Éstos proceden de intervenciones; realizadas a vendedores de recuerdos turísticos en los alrededores del Museo del Prado y del palacio Real.
"Un soporte y un cartón". que no es otra cosa que una mesa de trile [juego estafa con tres cubiletes, uno de los cuales esconde una bolita]. De éstas hay diferentes modelos donde elegir, casi todas intervenidas en las calles del Carmen y Preciados.
"Ciento cincuenta papelitos de fumar y 10 maquinillas de liar, 7 paquetes de tabaco portugués, 1 traje de agua, 2 crucifijos, 11 culebras de papel, 3 fundas de bonobús...". Todos de procedencia dudosa. Los decomisos se producen cuando el vendedor carece de licencia y, además, no puede acreditar con facturas el origen de los artículos.
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