El Papa pide justicia para el pueblo palestino y dice que quiere visitar Jerusalén

Juan Pablo II anunció ayer oficialmente su deseo de visitar Jerusalén en cuanto las circunstancias se lo permitan, y denunció "la injusticia de que es víctima el pueblo palestino". El Papa hizo estas afirmaciones en un discurso pronunciado ante 6.000 personas, con el que concluyó el mismo modo convocado en el Vaticano para analizar la guerra del Golfo.

Durante la reunión se había afirmado: "Sin una verdadera justicia no se puede conseguir la paz, pero la justicia no se puede obtener sino con medios pacíficos".Juan Pablo II, refiriéndose a su deseo de ir a Jerusalén, declaró: "Espero vivamente que un día las circunstancias me permitan ir como peregrino a Jerusalén, esa ciudad única en el mundo, para reactivar desde allí, junto con los creyentes judíos, cristianos y musulmanes, aquel mensaje de paz que hermanó a la entera familia humana el 27 de octubre de 1986 en Asís", dijo, refiriéndose a un mensaje ecuménico hecho público en la ciudad italiana.

Sólo un Papa -Pablo VI, en 1964- ha visitado hasta ahora Jerusalén.

Según los observadores, el deseo manifestado ayer por Juan Pablo II de ir a esa ciudad podría ser una respuesta del Vaticano a las acusaciones de las comunidades israelíes por no haber reconocido todavía al Estado de Israel. Los patriarcas, obispos y cardenales católicos que participaron en el encuentro vaticano con el Papa han redactado un documento en el que aseguran: "Suscribimos unánimemente que el recurso a la fuerza de las armas significa el declive de la humanidad, la derrota de la comunidad internacional y un atentado a los valores más queridos a todas las religiones". Y añade: "Nunca más la guerra".

Injusta agresión

Analizando concretamente la guerra del Golfo, el documento subraya: "Esta guerra, con la injusta agresión que estuvo en su origen y con la ambigüedad que escondía, ha marcado profundamente el corazón de los pueblos, ha engendrado por todas partes una crisis de conciencia y de valores, a pesar de que ha visto movilizarse a masas de hombres y de mujeres, y sobre todo de jóvenes, a favor de la paz y de la justicia".Los patriarcas y los obispos defendieron un diálogo más sincero y profundo entre los seguidores de las tres grandes religiones profesadas por los habitantes de la zona -cristianos, musulmanes y judíos-, al mismo tiempo que han animado al Papa para que continúe sus presiones ante los responsables de la ONU y de las organizaciones internacionales para que en Oriente Próximo no falte la justicia" y "para que se busque con medios pacíficos". Han pedido que las negociaciones para la paz se lleven a cabo ahora "sin hurnillaciones ni castigos para nadie".

También Juan Pablo II fue muy explícito al hablar de "la injusticia de que es víctima el pueblo palestino", lo mismo que de la "situación de injusticia que desde hace 15 años", dijo, "pesa sobre la entera población de Líbano, un país donde existe un orden internacional turbado y donde un pueblo soberano seve privado de su completa independencia". Juan Pablo II aludió también al silencio que rodea la situación de los chipriotas y los kurdos y afirmó que se trata de problemas que los responsables de los destinos del mundo pueden resolver "si quieren".