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Vecinos de Orcasitas esconden a un prófugo que vive desde hace un mes fuera de su casa

Francisco Peregil

Agustín Gil Muñoz, un capataz de jardinería de 19 años que trabaja en la Casa de Oficios de Orcasitas, lleva desde hace un mes a una pareja de guardias civiles tras sus talones por negarse a prestar el servicio militar. Los agentes han advertido a sus padres, a los de su novia y a los compañeros de trabajo que encubrir a un delincuente está penado. Sus compañeros le han ofrecido pisos donde duerme desde entonces, han colgado pancartas en el edificio municipal y recogen firmas de apoyo en el barrio.

Fernando Caballero, director de la Casa de Oficios, donde imparte clases Agustín Gil Muñoz. indicó que una pareja de guardias civiles se presentó en el local municipal la semana pasada para preguntar por Tinín, el nombre de Agustín Gil para sus amigos. "Traían una foto de cuando él tenía 12 años, me preguntaron que cuándo fue la última vez que vino Tinín. No se quedaron satisfechos con mi respuesta y le preguntaron lo mismo al subdirector, con lo cual a uno de ellos lo invité amablemente a salir de mi despacho", agregó.Caballero asegura haber advertido a Tinin del riesgo que corre. "Es muy rebelde y ha apostado muy fuerte, pero yo le he dicho que sea un poco hábil y se declare insumiso, aunque siempre contesta que no es ningún delincuente para tener que declarar nada". El director de la Casa de Oficios afirma que Gil Muñoz, "a pesar de lo que pueda aparentar por su aspecto", es un joven muy sensato, con las ideas muy claras y una gran aceptación entre el alumnado, "razón por la cual", añade, "tiene el apoyo de todos".

Raquel Delgado, novia de Agustín, asegura que la llamaron de la Guardia Civil para decirle que ella era la única que podía convencerle y para preguntarle cuándo fue la última vez que vio al novio. Gil Muñoz añade que los guardias civiles se presentaron en su casa para decirle a su madre que "lo que estaba haciendo su hijo era más grave de lo que ella creía" Según relata Gil, también advirtieron a su madre de que si al darle el alto al hijo éste salía corriendo, ellos tendrían que dispararle.

Huir desde el segundo piso

Gil Muñoz afirma que en ese momento lo pasó muy mal, porque todos sus familiares le presionaron para que se presentara ante el juez. "Ya he conseguido que comprendan mí postura y me apoyen, pero antes fue una experiencia muy dura". El joven comenzó el pasado viernes a acudir a su trabajo, que se desarrolla en la segunda planta del edificio. "Desde allí me da tiempo a escapar por una salida que tenemos preparada por si se presentan de improviso". Hace 15 días consiguió que la dirección del centro le adjudicara un curso de jardinería en el coto de Doñana, con lo que estuvo una semana fuera de la ciudad.Fuentes de la Guardia Civil próximas al caso indicaron que el joven se encuentra en la actualidad en estado de búsqueda y captura tras ser declarado en paradero desconocido. "A mediados de diciembre recibimos la orden del juez para la detención e ingreso en prisión de Tinín. Como eran fechas muy señaladas, decidimos no perseverar en la búsqueda, pero al negarse el chico a presentarse, el juez ha tenido que ordenar su búsqueda y captura".

Gil dejó de dormir en la casa de sus padres, en Alcalá de Henares, y alterna por las noches entre el domicilio de su novia, también en Alcalá, y el de un compañero, en el barrio de Orcasitas. A pesar de las coacciones recibidas, los amigos y compañeros de Agustín Gil le han llegado a ofrecer más de ocho casas -"sin yo pedírselo a nadie", dice-, para que duerma durante el tiempo en que lo busquen. Afirma que no le importa perder la "relativa estabilidad"-gana 140.000 pesetas mensuales- con que cuenta si se trata de luchar por una causa justa. "Sé que no voy a conseguir nada y que en la guerra del Golfo seguirá matándose la gente, pero me reve lo contra algo que considero in justo y no me iniportaría por ello perder lo que tengo".

Nada de política

Gil Muñoz sólo ha aceptado hasta el momento el apoyo de sus amigos, y se niega a integrarse en "nada que huela a organización política". Se resiste incluso a aceptar el asesoramiento jurídico y apoyo institucional del Movimiento para la Objeción de Conciencia (MOC). "Veo muy bien la labor que hacen con otros chavales y creo que es necesario, pero su política es declararse insumiso ante el juez militar y yo no quiero hacerlo porque eso significaría reconocer su autoridad". Juan Carlos Rois, responsable jurídico del MOC, ha indicado que el caso de Agustín Gil es el primero que conoce con tales características: "Nosotros presentarnos a todos los insumisos ante el Juez militar para que no nos traten como delincuentes, y ahora suman unos 1.000. No había oído hasta el momento que alguien se negara a declarar ante el juez".

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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