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Guerra denuncia que existe una estrategia para derechizar al PSOE ante el fracaso de Aznar

El ex vicepresidente del Gobierno y vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, aseguró ayer en Vitoria que los conservadores y los poderes económicos están convencidos del fracaso electoral de José María Aznar, y por ello han puesto en marcha una nueva estrategia de derechización del partido socialista. Guerra pronunció un discurso en la apertura del congreso del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) en el que animó a los militantes a resistir "estos intentos foráneos"; arremetió a renglón seguido contra quienes sostienen que la del Golfo es una guerra justa, como el ministro de Cultura, Jorge Semprún, y les acusó de animar una "discusión teológica".

En su primera comparecencia pública desde el anuncio de su dimisión de la vicepresidencia, Guerra ni siquiera dirigió la mirada al numeroso grupo de informadores que le aguardaban.El vicesecretarlo general reiteró su "grave preocupación" porque no aparece una alternativa de Gobierno viable para España. "El PP no consolida una opción seria, con perspectivas de futuro", aseguró. Calificó de "ejemplo insólito de falta de madurez política" y "comportamiento que llega a hacer dudar de la convicción democrática" de los líderes del principal partido de la oposición su intento de robar al PSOE un senador autonómico para dárselo, dijo, "a Eusko Alkartasuna, la formación que es punta de lanza en la política cultural y lingüística discriminatoria contra una parte de los vascos".

El PP ni siquiera cuenta ya con el apoyo de la derecha cultural y económica, según Guerra, ni de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), pese al papel: determinante jugado por la patronal en la nominación de Aznar para el liderazgo, porque saben que no van a ganar las elecciones. "Sólo le apoya el Opus Dei, que renace de unas cenizas no suficientemente apagadas", añadió.

[El secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, replicó anoche a Guerra señalando que éste es "la polilla del PSOE y hace la tarea de destruirlo de forma inmejorable", informa Europa Press].

Los ataques a la derecha dieron pie al ex vicepresidente para alertar sobre el peligro que se cierne sobre su propia organización. "Los poderes conservadores, la derecha social y económica, han llegado a la conclusión de que no ven futuro en la alternativa conservadora y optar fuerte por el PP es consolidar en el poder al partido socialista". En consecuencia, explicó, "la derecha social y económica ha concebido la estrategia de intentar cambiar la identidad del partido socialista".

"Pretenden que nuestro partido cambie, que se transforme en otro partido más cercano a sus posiciones", dijo Guerra. En la operación participan grupos de presión importantes, agregó, del mundo financiero, empresarial y de la comunicación, que buscan aliados y ayudas dentro del partido "para hacerle girar a la derecha".

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El ex vicepresidente destacó en este cuadro de juego prácticas de "polución informativa" para la extensión de rumores sobre la sucesión del presidente del Gobierno, con objeto de "colocaren la parrilla de salida a quienes consideran sus favoritos", Y advirtió a sus autores que se equivocan. "El partido ya tiene elegido su candidato presente y futuro por mucho tiempo", dijo; "el partido ha elegido a Felipe González y a él le apoyan los militantes socialistas".

El vicesecretario general defendió la participación española en la guerra del Golfo, cuyo alcance definió como un otorgamiento de facilidades "a los aliados para el desplazamiento de material", y lamentó que la discusión se haya planteado en el "terreno insólito entreguerra justa y guerra injusta". Frente a la posición mantenida por algunas personalidades, como el ministro de Cultura, Jorge Semprún, quien ha defendido la guerra del Golfo come justa, opinó que "ésta es una discusión teológica como cuando se habla de cruzada mientras muere la gente".

En sus referencias a la salida de los socialistas vascos del Gobierno de coalición en Euskadi, Guerra respaldó la actitud del PSE-PSOE durante la negociación fracasada y acusó reiteradamente de sectarismo a los nacionalistas y manifestó dudas sobre la posibilidad de que el nuevo Ejecutivo tripartito no represente "un retroceso" con su política de "discriminación cultural y lingüística".

Campaña

La intervención de Guerra en Vitoria no ha extrañado en la ejecutiva del PSOE, al interpretarse como una continuación del discurso del vicesecretarlo general socialista y de sus seguidores desde hace meses, según informa Anabel Díez. Este discurso se basaba, y así continúa, en la existencia de una "campaña" desde fuera del partido contra el propio Guerra, contra Felipe González y en síntesis "contra el proyecto socialista".Esta campaña consistiría en preparar la sucesión de Felipe González y poner en su lugar "a un liberal" y ahí se ponía el nombre de Carlos Solchaga, ministro de Economía y Hacienda, y después se hizo extensivo a los llamados ministros del grupo de Chamartín a pesar de que ninguno de estos últimos se encuentra personalmente cómodo con "la etiqueta del liberalismo.

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