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Cada año se roban en Madrid 50 taxímetros para trucarlos

Vicente González Olaya

Cada año, en Madrid, se roban una media de 50 taxímetros. La mayor parte se revenden en el mercado negro con el fin de instalarlos en taxis ¡legales o de trucarlos y así poder cobrar unas tarifas mayores en los trayectos. Su precio oscila entre las 15.000 y las 30.000 pesetas. Por otra parte, 20 taxistas se encuentran sancionados, algunos con penas de hasta dos años de inhabilitación, por irregularidades observadas en la prestación de su servicio.

El número de sancionados supone una minoría de infractores entre los más de 15.000 taxistas que circulan por Madrid, aunque a las dependencias municipales llega cada mes una media de 250 denuncias, de las que un 90% han sido interpuestas por la Policía Municipal, y el 10% restante por usuarios insatisfechos del servicio recibido.Según Ricardo Escaso, jefe de sección de Autotaxi, el departamento municipal encargado de la regulación del sector, "hasta nuestras oficinas llegan unas 3.000 denuncias anuales. Una buena parte, como consecuencia del cobro de tarifas excesivas a los viajeros". "Por ejemplo, una vez un extranjero denunció que el taxista le engañó diciendo que el contador marcaba en dólares, no en pesetas" explica. Pero a pesar de que el Ayuntamiento dice tener un gran interés en impedir estos o parecidos abusos nunca han encontrado un contador trucado. Las causas quizá se encuentren en el largo periodo que tiene el infractor desde que recibe la notificación hasta que se presenta en las dependencias municipales. Legalmente pueden pasar hasta dos meses. Un tiempo suficiente para eliminar cualquier rastro de manipulación en el contador.

Peligro en el aeropuerto

Según Luis Sánchez Teso, presidente de la Cooperativa de Servicios de Autotaxis de Madrid, la sociedad encargada de la venta de piezas de repuesto y taxímetros, "la mayor parte de los engaños a los clientes se realizan en las cercanías de] aeropuerto, un lugar donde es fácil encontrar gente de fuera". "Se valen de técnicos muy especializados para trucar un aparato tan complicado como un taxímetro digital y hacen mucho daño al gremio de taxistas" dice.Las maneras de manipular un contador varían según la clase de éste, dependiendo de si son electrónicos o de relojería. Los electrónicos son los más sencillos de variar. Uno de los trucos que se emplean es el de unir la radio con el lanzador de impulsos del contador, de tal manera que cada vez que se cambia de emisora saltan unos pasos en el aparato.

Por su parte, el Ayuntamiento ha editado un folleto en cinco idiomas en el que se invita a los usuarios a denunciar las irregularidades que crean sufrir durante el servicio. En la publicación se indican las tarifas aproximadas que se deben cobrar desde diversos puntos de Madrid hasta Barajas (entre 900 y 1.500 pesetas) y que "la tarifa del taxi es única, independientemente del número de viajeros". El folleto se reparte en aeropuerto, estaciones y hoteles, y lleva adjunto un recibo oficial de taxis. [Por otra parte, desde ayer todos los taxímetros de Madrid deberán estar adaptados a la subida de tarifas que entró en vigor el pasado 3 de diciembre ya que ha concluido el plazo de utilización de tablas de equivalencia].

La Unión de Consumidores de España (UCE) recibió el año pasado 213 consultas y 76 reclamaciones sobre taxis. Según Adolfo Varela, responsable de servicios públicos de la UCE, "hemos recibido reclamaciones por suplementos increíbles. Una persona se quejó de que el taxista, cada vez que le iba a recoger a casa, le cobraba lo que éste llamaba tarifa de camino. Este suplemento era exigido por atravesar una zona con arena".

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Para los representantes de los consumidores, las quejas proceden casi en su totalidad de recorridos alargados, suplementos inexistentes, bayetas colocadas estratégicamente sobre el taxímetro, y, sobre todo, malos modos con los clientes.

Para Jesús León Cantero, taxista, "el problema viene porque hay demasiados intrusos. Quieren sacar en pocas horas la rentabilidad de todo el día" dice. "Para conseguirlo, cobran suplementos inventados, dan rodeos cuando ven que el viajero no es de la ciudad, y no me extrañaría que hasta truquen el contador. Una vez subió un tipo a mi coche y me ofreció arreglar por poco dinero el taxímetro. Yo no acepté, pero vaya usted a saber cuántos lo han hecho" concluye.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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