Trapicheos en punta de Europa

Lejos de Algeciras (Cádiz) ha hecho fortuna la imagen de que media ciudad vive del tráfico de drogas, el blanqueo de dinero y delitos diversos. Un puerto que registró en 1989 la entrada de unos 550.000 extranjeros y más de 25 millones de toneladas de mercancías parece terreno abonado para las malas artes. Gibraltar, paraíso del narcotráfico, el blanqueo de dinero y el contrabando, y África, un continente ahogado en la pobreza, son el contexto de la ciudad. El pasado verano, 10 miembros de la brigada de estupefacientes fueron detenidos por narcotráfico.

Otros seis policías de fronteras han sido arrestados este año por dejar entrar africanos a cambio de dinero. Los algecireños llaman a todo esto "el trapicheo".La comarca del Campo de Gibraltar es la autopista de entrada del hachís en España.. El Campo de Gibraltar despunta igualmente en la entrada ilegal de inmigrantes africanos, como corresponde a su situación geográfica y al hecho de que sólo el puerto de Hong Kong supera al de Algeciras en tráfico de pasajeros.

La combinación de estos elementos, sumada a la actuación delictiva de algunos miembros de las fuerzas de seguridad, ha propiciado una imagen de Algeciras, ciudad sin ley, que todos los sectores de la localidad rechazan con irritación. No obstante, apenas hay nadie en Algeciras que se sorprenda de los enriquecimientos repentinos o de los frecuentes ingresos en prisión de policías, estos últimos por iniciativa del magistrado Manuel Gutiérrez Luna, titular del Juzgado de Instrucción número 3.

Este juez, en estrecha coordinación con la Brigada de Régimen Interior del Cuerpo Nacional de Policía, conocida como brigada anticorrupción, desmanteló entre los meses de junio y julio pasados la Brigada de Estupefacientes de la localidad. Según las actuaciones judiciales, la mayoría de los componentes de la brigada preparaba sus actuaciones contra él narcotráfico, de modo que los alijos eran parcial o totalmente revendidos, una o varias veces, en beneficio propio. Algunos camellos quedaban inmediatamente en libertad a cambio de la entrega de su cargamento de droga sin mediar denuncia.

El 12 de enero, la misma brigada y el mismo juez desencadenaron una operación contra las organizaciones de inmigración ilegal en el puerto de Algeciras, que contaban con la cooperación de una veintena de agentes. La indiscreción de un mando policial obligó a precipitar las detenciones e impidió la obtención de pruebas contra la totalidad de los policías sometidos a vigilancia. Sólo se desarticuló una banda de pasadores (personas que facilitan el paso ilegal de la frontera a cambio de dinero) de las cuatro que estaban siendo investigadas: la de Ahmed Benhammou Hamed, El Tiñoso.

El juez Gutiérrez Luna considera presuntos autores de los delitos de prevaricación y cohecho a cinco agentes, que están en prisión, y del de prevaricación a un sexto policía. Según el magistrado, El Tiñoso ha introducido ¡legalmente a unas 12.000 personas en los últimos cinco años.

Al contrario que el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil no ha abierto investigaciones internas sobre las sospechas de corrupción contra algunos de sus efectivos, en el Campo de Gibraltar. Se sabe, aunque no se ha denunciado, que algunos guardias civiles han dejado entrar en España a inmigrantes que disfrazados de pescadores llegan a una zona del puerto de Algeciras bajo el control exclusivo del instituto armado. Según todas las fuentes, no existe una red de guardias dedicada a actividades delictivas, sino que se trata de actuaciones individuales.

El alcalde de Algeciras, el socialista Ernesto Delgado Lobato, afirma: "Me duele la mala imagen de la ciudad, aunque algunos aspectos del tópico son reales. El alcalde se manifiesta preocupado porque "no acabo de ver las medidas de refuerzo policial solicitadas al Ministerio del Interior".