Fernández Ordóñez pide que Gibraltar se adapte a la Europa sin fronteras

RICARDO M. DE RITUERTO La inminencia de la Europa sin fronteras de 1993 obliga a tomar decisiones inevitables sobre Gibraltar, cuyo anacronismo en el contexto europeo es cada vez más flagrante, según manifestó ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, al concluir una nueva ronda negociadora sobre el futuro de la colonia con su homólogo británico, Douglas Hurd.

España ha propuesto medidas para desatascar el contencioso, cuya solución llevaría a una mayor cooperación para el desarrollo económico conjunto a ambos lados de la verja. Fernández Ordoñez dijo ayer en Londres que se va a "trabajar para crear la condiciones que faciliten el objetivo final, que es la devolución de la soberanía a España". La estrategia de la parte española es "ver las cosas en un contexto cada vez más europeo, donde el caso de este anacronismo de Gibralatar obliga a tomar decisiones inevitables". Fernández Ordóñez dijo que "después de la desaparición del muro de Berlín, Gibraltar es el último vestigio de una situación absurda".La Europa del mercado único, señaló el ministro, no puede permitir el enquistamiento de un problema que va contra la libertad de tráfico de personas, ni que quede sin resolver la cuestión del uso del aeropuerto gibraltareño. "Se ha expresado la voluntad británica de resolver algunos de esos problemas atascados", en referencia al del uso del aeropuerto, acordado hace cuatro años y vetado por' el Ejecutivo de la colonia.

"Son todos problemas pendientes que el calendario comunitario nos va a obligar a abordar", insistió el ministro, quien ayer no consiguió nada concreto. "Hay problemas y porque desapareciera la verja no iban a desaparecer esos problemas de contrabando, narcotráfico y control policial", comentó. El del narcotráfico está en camino de solución al extenderse a la colonia los acuerdos suscritos por el Reino Unido, dijo.

El primer ministro de la colonia, Joe Bossano, manifestó ayer que "nada se puede decidir sin el consentimiento del Gobierno de Gibraltar". Sobre la utilización conjunta del aeropuerto, Bossano reiteró que es rechazado por los partidos de la colonia.