Un superbombardero B-52 cae al Índico
UAN JESÚS AZNÁREZ ENVIADO ESPECIAL, Las fortalezas volantes B-52 efectuaron ayer los bombardeos más intensos desde que comenzó la guerra sobre pistas de aterrizaje, suministros militares y movimientos de tropas y carros de combate iraquíes cerca de la frontera sur de Kuwait con Arabia Saudí. Uno de ellos cayó ayer al Índico cuando regresaba a su base, en la isla de Diego García. Las explosiones de las bombas, más seguidas que nunca, se escucharon en bases militares muy alejadas de los objetivos. Por otra parte, parece cada vez más cercano el momento de la gran ofensiva terrestre contra los iraquíes. Las tropas de Sadam Husein están ancladas en las fortificaciones del emirato con la bayoneta calada.
En las operaciones de ayer, EE UU perdió además del B-52 un helicóptero Cobra H-1. La fortaleza volante que participó en la destrucción la capacidad militar de Irak en el emirato fue dado por perdido al capotar sobre el océano índico cuando regresaba a su base. Fuentes militares dijeron desconocer si el gigantesco aparato con capacidad para el transporte de 22.000 kilos de bombas, fue alcanzado por la artillería antiaérea o sufrió una avería en vuelo. Tres de sus tripulantes fueron rescatados de las aguas y otros tres desaparecieron. Mientras tanto el portavoz británico del mando aliado, capitán Niall Irving, informó que el Scud disparado en la mañana de ayer sobre Riad e interceptado parcialmente por un Patriot produjo 22 heridos y daños materiales. Agregó también que otra plataforma móvil de lanzamiento de estos proyectiles había sido destruida por cazas Tornado.El choque por tierra entre las fuerzas que asedian Kuwait y sus defensores será más cruento de lo previsto en u principio y se espera una fuerte resistencia de la Guardia Republicana a juzgar por el testimonio de varios pilotos de helicópteros Cobra que midieron sus fuerzas con la infantería mecanizada iraquí en un combate registra o en la frontera de Arabia Saudí con el emirato. Los tripulantes de estos aparatos, dotados con misiles anticarro y ametralladoras pesadas, admitieron que les había impresionado la disposición a la batalla de las fuerzas iraquíes.
El comandante Michael Steele, integrante del escuadrón de helicópteros de ataque con base en Camp Pendelton, en California, y otros aparatos de su unidad, uno de los cuales se perdió ayer accidentalmente, reconoció haber tenido "algunos problemas" durante el enfrentamiento efectuado esta semana con un batallón mecanizado iraquí, al que destruyeron seis tanques y un vehículo de transporte de tropas. "Nos vamos a enfrentar allí [en Kuwait] con medio millón de hombres. En cualquier ejército ese número hay que tenerlo en cuenta", dijo el oficial.
Banco de prueba de misiles
El capitán Hammond, acompa ñado de Steele, fue el primer pi loto norteamericano en inutilizar un carro de combate con un helicóptero armado con misiles TOH. La incursión contra ese destacamento Iraquí se efectuó al sur de la localidad kuwaití de Wafra, situada a 60 kilómetros al oeste de Jafyi, y fueron capturados nueve soldados iraquíes. "Cuando nos vieron agitaron los brazos con las manos en alto". Hammond voló durante 12 horas consecutivas para apoyar a las tropas de tierra que frenaron ese avance iraquí, y nueve de ellas tuvo que hacerlo con gafas de visión nocturna. Fue en este ataque donde perdieron la vida los 11 marines alcanzados por un misil. Ayer, el portavoz militar norteamericano general Robert Johnston informó que otros siete marines murieron el pasado 29 de enero cuando su vehículo acorazado fue alcanzado por un misil disparado por los propios aliados.
Los enfrentamientos entre marines situados en puestos de vigilancia próximos a la frontera con Kucuwait continuaron en noches pasadas. En la última escaramuza integrantes de la 82ª división aerotransportada intercambiaron fuego de ametralladora y granadas antitanque, durante 15 minutos, con una patrulla iraquí infiltrada desde Kuwait. Una estrecha vigilancia por tierra de las zonas fronterizas acompaña a los bonbardeos desde el aire para evitar una repentina ofensiva que sorprenda a las fuerzas aliadas.
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