Vergüenza

Me da vergüenza que alguien me considere occidental.Me da vergüenza que alguien crea que, por el hecho de haber nacido en España, estoy de acuerdo con la actitud de mi Gobierno con respecto a Irak.

Me da vergüenza haber jurado la bandera que ahora se enarbola junto a la de Estados Unidos.

Me da vergüenza ver cómo se mira de reojo a los emigrantes árabes en mi ciudad.

Me da vergüenza encender la televisión.

Me da vergüenza la hipocresía, la estupidez y el cinismo de los seres humanos.- Madrid.

Entre el atraco a mano armada, con derramamiento de sangre y pérdida de vidas, perpetrado por los ejércitos de Sadam contra Kuwait y la pena de exterminio decretada por Bush y sus aliados contra los iraquíes media la desmesura de un abismo cruel, el que media entre lo malo y lo peor. Que un loco cometa locuras parece propio de su naturaleza, pero que para hacer entrar en razón a ese loco los supuestos cuerdos, representantes de la civilización que se presenta como ejemplar para el resto del mundo, cometan mayores locuras, no parece sino competir en barbarie y en insensatez. Entre la pena de lo malo y la nada de lo peor, habrá que seguir escogiendo la pena de lo malo, aunque esto suponga, según los sondeos publicados ("Un 63% de los españoles cree culpable a Sadam"), quedarse en minoría frente a la opinión más común- Francisco Gallardo. Barcelona.

Quería agradecerle a Televisión Española el habernos descubierto Kueit y la República Soviética de Latvia.

En mi entorno de hablantes de castellano nos entendíamos a la perfección refiriéndonos a Kuwait y Letonia. Debe de ser que no nos enteramos.- Raquel López. Bilbao.

Madrid tiene un nuevo monumento, monumento frío, simbolizando el final de la guerra fría, tres trozos del muro de Berlín sobre un pequeño lago. Yo les doy una opción para crear un monumento a la guerra caliente, que se puede realizar desde el 15 de enero y que seguirá las mismas pautas que el anterior; traer un trozo de algo o alguien del lugar donde se produce el suceso y convertir en reliquia algo que antes era horror. También seguiré la conceptualidad de la obra anterior, para la guerra fría, algo frío,

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como un muro, y para la guerra caliente aquí está mi opción: sobre una tonelada de tierra del desierto, caliente de bombas y fuego, colocar los cuerpos calientes pero ya muertos de hombres, mujeres y niños acribillados bajo el peso del poder económico mundial que Occidente y especialmente EE UU quieren obtener- Álvaro Muñoz. Madrid.