Irak cumple su amenaza de atacar a Israel
La guerra del Golfo dio anoche un giro inesperado cuando el presidente iraquí, Sadam Husein, hizo buena su amenaza y atacó Israel con una serie de misiles Scud, probablemente con carga química, lanzados desde plataformas móviles situadas al oeste de Irak. Israel ordenó inmediatamente a su aviación una acción de represalia contra objetivos iraquíes. Las primeras noticias procedentes de Tel Aviv y de Washington no pudieron confirmar si los misiles iraquíes llevaban una carga química, biológica o si se trataba simplemente de proyectiles con carga convencional. Las autoridades dieron la orden a la población de utilizar las máscaras antigas. La radio israelí informó que sólo siete heridos habían sido ingresados en hospitales de Tel Aviv como consecuencia del ataque.
Según confirmó el Pentagóno, al menos ocho misiles Scud, de fabricación soviética, rebautizados con el nombre de Al Husein, en honor del líder iraquí, alcanzaron una serie de blancos en Israel, entre ellos el centro y los suburbios de la populosa ciudad de Tel Aviv, la más poblada de Israel, y el puerto mediterráneo de Haifa.El ataque iraquí a Israel, pregonado insistentemente por los portavoces oficiales de Bagdad en las últimas semanas, causó sorpresa y consternación en los medios militares norteamericanos, cuyos portavoces habían anunciado que en el ataque inicial llevado a cabo en la noche del miércoles por la aviación aliada contra objetivos iraquíes en Irak y Kuwait prácticamente todos lossilos de los misiles Scud habían sido destruidos. Sin embargo, los mismos portavoces habían expresado su temor a que Irak hubiera podido conservar intacta una parte de los misiles en plataformas móviles.
La amenaza a Israel fue reiterada ayer en Bélgica por el embajador iraquí en Bruselas, Ziad Haldar, que anunció que "un ataque a Israel se podía producir en cualquier momento".
El ataque iraquí a Israel cayó como una bomba en Washington, que siempre temió que una entrada israelí en la guerra pudiera disolver el apoyo de los países árabes moderados a la coalición contra Irak. Tanto preocupaba al Gobierno norteamericano una participación de Israel en la guerra, que el presidente George Bush ordenó la pasada semana que el número dos de la diplomacia estadounidense, el secretario de Estado adjunto, Lawrence Eagleburger, se trasladara a Israel en un intento de convencer a su Gobierno no entrara en el conflicto, aunque Irak atacara objetivos israelíes.
Eagleburger, que se entrevistó con el primer ministro isarelí para trasladarle el mensaje de Bush, fracasó en su misión. Israel dejó claro ante la misión de Washington que, aunque no tenía intención de lanzar un ataque preventivo contra Irak, respondería con contundencia a cualquier provocación iraquí.
Sobre la respuesta israelí se produjeron informaciones contradictorias. Según los enviados especiales en Jerusalén y Tel Aviv de las cadenas de televisión norteamericanas, el mando millitar ordenó una acción de represalia a los pocos minutos de que ciyesen los misiles iraquíes. A la hora de transmitir esta crónica (tres y media de la madrugada de hoy, hora peninsular española) los medios militares norteamericanos no tenían conocimiento del alcance de la represalia israelí contra objetivos iraquíes. Posteriormente se especulaba con que a la vista de las escasas víctimas (sólo siete heridos), Israel se abstuviera de ejercer represalias.
El ataque iraquí se produjo con milimétrica exactitud casi a las 24 horas de que la aviación norteamericana, con la colaboración de aviones de Gran Bretaña, Arabia Saudí, Francia y Kuwait, bombardease de forma masiva objetivos iraquíes en Irak y Kuwait.
Como en el caso del ataque aliado contra Irak, las primeras noticias del lanzamiento de los misiles Scud llegaron a Washington procedentes de los enviados especiales de las cadenas de televisión en Israel. Las cuatro principales cadenas, CNN, CBS, ABC y NBC, interrumpieron sus informativos de la tarde para conectar en directo con Israel.
A las ocho de la noche, hora de Washington, el portavoz del Ejército israelí, general Nachman Shair, confirmó que varios misiles iraquíes habían caído sobre el territorio de su país.
Poco después, el portavoz del Departamento de Defensa norteamericano, Pete Williams, confirmaba que, según datos de la inteligencia estadounidense, Irak había conseguido lanzar desde plataformas móviles situadas cerca de la frontera jordana, ocho misiles Seud. Este tipo de misiles forman parte del arsenal militar facilitado a Bagdad por la Unión Soviética, aunque han sido mejorados por los técnicos militares en balística de Irak, que, dentro de la megalomanía que rodea al hombre-fuerte de Bagdad, los han rebautizado. con el nombre de Al Husein. Estos misiles consituían siempre el plato fuerte de todos los desfiles mi litares organizados en Bagdad.
La gran incógnita a la hora de transmitir esta crónica de urgencia se ignora si los proyectiles iraquíes que alcanzaron Israel portaban una carga convencional, química o biológica. Irak no ha dudado en el pasado en emplear armamento químico, una clase de armamento que no se usaba en el mundo desde la primera guerra mundial, en su guerra de ocho años contra Irán y contra su propia población kurda. Una operación de castigo con gases contra los independentistas kurdos ordenada por Sadam Husein hace unos años pro
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