Mubarak, Hussein y Hasan II se muestran pesimistas

"El mundo entero no puede estar equivocado, no es posible" le dijo anoche el presidente egipcio, Mohamed Hosni Mubarak, a su homólogo iraquí Sadam Husein, en el último intento por conseguir que cambiara de opinión. En un mensaje radiotelevisado al pueblo de Egipto, explicó que había hecho cuanto estuvo en su mano para evitar el conflicto y que seguía dispuesto a hacerlo, faltara lo que faltara para la guerra Poco antes, el rey Husein de Jordanla había dirigido un mensaje similar a sus súbditos, y lo mismo hizo el monarca marroquí, Hasan II, quien amenazó a la población con declarar el "estado de urgencia".Hussein no achacó la responsabilidad de la guerra a Sadam. "La catástrofe es inminente. Las vías de la razón y el diálogo se han cerrado", advirtió, con aspecto grave. Pese a todo, Husein subrayó su determinación a impedir que el territorío y espacio aéreo jordanos sirvan de paso a cualquiera que sea y no importa en qué diracción". "Somos", dijo el monarca, "un pueblo determinado a luchar y resistir si se nos impone el combate".

"Le pido [a Sadam] que tome una decisión. Una palabra puede salvar todos los destinos y fes, una sola palabra... Entonces, podremos tener paz y seguridad en todo el mundo", dijo Mubarak, que encomendó sus deseos a Dios.

El rey Hassan II, en su discurso, amenazó con decretar el estado de urgencia si se producían incidentes como consecuencia del conflicto entre Irak y Kuwait. Horas antes del discurso se había registrado en Oujda, al noroeste del país, una manifestación de protesta contra Estados Unidos y en favor de Irak, que había provocado el cierre temporal durante cinco horas de la frontera con Argelia, según informó la agencia ofícial de prensa argelina. También se produjo en Rabat una pequeña manifestación ante el Parlamento.

En opinión del rey, la guerra en Irak y Kuwalt no durará más de una semana o 12 días pero exige a su pueblo una tregua de tres meses.

En Siria, el Frente Nacional Progresista, la más alta instancia política del país, descargó sobre Sadam toda la responsabilidad de las "consecuencias desastrosas de su política aventurista e irresponsable".