_
_
_
_

Un informe municipal confirma que en Madrid pasó el peligro de crisis de las 'viguetas homicidas'

Javier Casqueiro

El departamento de Edificación Deficiente del Ayuntamiento de Madrid elaboró, tras una investigación abierta en noviembre y diciembre del pasado año, un informe interno sobre la repercusión de las viguetas de hormigón aluminoso en la ciudad. La corporación, tras los accidentes registrados en Barcelona, requirió un análisis de la siltuación y recibió, en las conclusiones elaboradas por los técnicos municipales, una respuesta tranquilizadora. "Puede que se vendiera alguna de estas viguetas y también que se construyera alguna casa con este material, pero, transcurridos los 8 o 10 años del periodo de crisis no hay peligro de esta patología", confirmó ayer Fernando Macías, jefe del departamento.En el estudio se desestima una reproducción de los desplomes originados por la utilización de estas viguetas en el barrio barcelonés del Turó de la Peira, tras solicitar la colaboración sobre este tema al instituto oficial de control de calidad de materiales de construcción EduardoTorroja y también a empresas privadas especializadas del prestigio de Intemac, dirigida por José Calavera Ruiz, catedrático de Edificación de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid.

Los técnicos entienden que en Madrid ha pasado el periodo crítico porque ni en la climatología (aporte exterior alto de humedad o salinidad) ni en su reacción sobre las viguetas (convirtiéndose en polvo cuando tras los años pierden su capacidad de carga) se reúnen las mismas características que en Barcelona o en otras poblaciones mediterráneas. José Calavera confirmó que su empresa ha intervenido en los últimos seis años en unos ocho casos de problemas con viguetas aluminosas en ciudades como Huelva, Almería, Valladolid o Barcelona, pero nunca en Madrid. Este hormigón es, para el catedrático, "un compuesto químico que cristaliza en un sistema hexagonal que es peligroso cuando a 25 grados cambia la estructura a un sistema cúbico y se constata una regresión de la resistencia a la tercera parte".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_