La riqueza de las naciones

Decir en Bolsa que sigue la fe en una reacción alcista es tanto como asegurar en política económica que conviene reestructurar el gasto público, Son las certidumbres absolutas. Mantenerlas esperanzas mientras Oriente Medio se acerca al holocausto es difícil, pero los tonos de mejora son lógicos si se sigue con los precios actuales del crudo y se mantiene la relativa estabilidad en los mercados de divisas.La riqueza fácil murió tras el brote mercantilista de los últimos años. Hoy por hoy es constatable que las consecuencias inflacionarias de esta etapa reciente dificultan ahora la justa valoración de los activos y la formación de precios en el mercado. Los amantes del liberalismo a ultranza han vuelto a Adam Smith, pero en el sentido más puramente clásico de su interpretación. Suelen recordar que el padre de la economía moderna explicó que la riqueza mundial no se obtuvo en su origen con oro y plata, sino a base de trabajo. El ejemplo más claro de todo ello lo constituyen los 80 millones de asiáticos repartidos entre Corea, Taiwan, Hong Kong y Singapur, los llamados cuatro tigres del Pacífico. Comen con palillo y se ríen del modo de vida japonés porque su ritmo de productividad es todavía superior al del gigante nipón.