El evangélico Serrano y el centrista Carpio se disputan mañana la presidencia en Guatemala
Jorge Carpio Nicolle y Jorge Serrano Elías, los dos candidato de derechas que resultaron victoriosos en la primera vuelta de las elecciones, celebrada en noviembre pasado, se disputan mañana la presidencia de Guatemala. Los guatemaltecos acudirán a votar fatigados por una larguísima campaña electoral en la que la descalificación del adversario primó sobre la exposición de los programas de gobierno.La dureza de las campañas de desprestigio, que fueron la tónica de esta segunda etapa de las presidenciales, hace temer un abstencionismo que puede superar el 60%, lo que haría particularmente frágil al próximo presidente. Éste se verá obligado a tomar drásticas medidas en el campo económico ante el desolador panorama que hereda de la Administración de Vinicio Cerezo.
El candidato Carpio, un centrista atrapado en las redes de sus alianzas con los sectores económica y políticamente conservadores, ofrece solucionar los problemas del país con la receta favorita del neoliberalismo económico: el libre mercado a ultranza. En las elecciones del pasado 11 de noviembre, la Unión del Centro Nacional (UCN, fundada por Carpio en 1983, inspirada en la UCD española de Adolfo Suárez) alcanzó el triunfo con un 25,7% de los votos emitidos. Su rival, el miembro de la Iglesia evangélica Serrano, se dice partidario de la economía social de mercado. Está impulsado por el minoritario partido Movimiento de Acción Solidaria (MAS), que Serrano fundó en 1986.
Si se cumplen las encuestas, que dan un triunfo cómodo al evangélico Serrano, Guatemala se convertirá en el primer país latinoamericano que elige a un presidente no católico. Serrano y el MAS obtuvieron el segundo puesto en noviembre pasado, con el 24,2% de los votos (sólo el 1,5% menos que Carpio). Tres factores explican el alza vertiginosa de Serrano: su actuación en el seno de la Comisión Nacional de Reconciliación, que permitió el diálogo de la guerrilla con diversos sectores de la vida guatemalteca; el apoyo de los seguidores de la frustrada candidatura del mesiánico general Efraim Ríos Mont, y un gran carisma personal, que es la carencia más visible de su opositor.
La herencia democristiana
Un país moral y económicamente deshecho es el legado del democristiano Cerezo al hombre que le sustituya en la presidencia de Guatemala a partir del próximo 14 de enero. Las acusaciones de corrupción oficial fueron numerosas. Al 30 de octubre de 1990, la deuda externa ascendía a 2.416 millones de dólares, mientras que la deuda interna supera los 600 millones de dólares, en un país con un producto nacional bruto de 6.000 millones.Al margen de ello, Cerezo no ha logrado resolver el conflicto armado interno: una guerra civil que, con sus 30 años de duración, es la más antigua del continente. Guatemala se convirtió en los últimos cinco años en un emporio del narcotráfico internacional, y al término del mandato presidencial el país sufre nuevamente la condena internacional por la impunidad con que se violan los derechos humanos por las fuerzas de seguridad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.