Espacios naturales madrileños

Los cinco millones de habitantes de Madrid tienen, naturalmente hablando, una suerte y una desgracia codo con codo. Por un lado, esta capital cuenta, en un radio escaso de 75 kilómetros, con no menos de 10 espacios naturales considerados como de importancia europea por los científicos, las cuales totalizan un mínimo de 250.000 hectáreas de superficie. Por otro lado, a excepción del parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares, todo este tesoro natural continúa sometido a una preocupante indefensión por parte de sus autoridades responsables. Nada se ha hecho en esta legislatura. para protegerlos. ¿Alcanzarán el año 2000 en correcto estado de conservación?

La presente legislatura va a terminarse en esta comunidad autónoma con un balance proteccionista paupérrimo. Mientras comunidades como Andalucía han acometido la protección de hasta el 18% de su territorio en el transcurso del mismo lapso de tiempo, la madrileña tan sólo ha declarado parque natural un mínimo sector del entorno de Peñalara y sus lagunas: unas escasas 768 hectáreas. Y aunque la Asamblea de Madrid aprobó por unanimidad, hace justo un año, una proposición no de ley instando al Ejecutivo autónomo hacia un plan para proteger los espacios naturales restantes " en el plazo máximo de seis meses", hasta la fecha los responsables del tema parecen no darse por aludidos.La impresión generalizada entre miembros de la Asamblea madrileña, coincidente con la de los diversos grupos conservacionistas, es que "la estrategia gubernamental se basa en agotar esta legislatura sin sacar adelante ningún nuevo parque natural" (a excepción del del Sureste metropolitano: Jarama-Manzanares). Según estos mismos interlocutores, ,esta postura facilitaría la puesta en marcha de importantes actuaciones impactantes (carreteras, proyecto TAV, etcétera), las cuales serán aplicadas previsiblemente en los próximos meses de 1991.

Los parques del Norte

La principal asignatura pendiente es el valle del Lozoya. Un territorio perfectamente individualizado, comprendido entre el abrazo geográfico de la llamada Cuerda Larga o Cabezas de Hierro (por el Sur) y la porción oriental del Guadarrama o Montes Carpetanos, hasta las inmediaciones del puerto de Somosierra y la carretera N-l.

El parque natural que se solicita para su protección incluiría zonas colindantes como los majestuosos robledales de Miraflores, el valle de Bustarviejo, la sieira de La Cabrera, la acebeda de Robregordo, el único sabinar madrileño, los sotos ribereños del Lozoya, los bosques de pino silvestre en tomo al puerto de Navafría y los de Cabeza Mediana y de los Belgas en Rascafría. Se trata realmente de la última porción de la sierra madrileña todavía con posibilidades de ser salvada de la anárquica invasión urbanística. Magníficas cascadas como El Purgatorio, puertos del Reventón, del Malagosto, los Hoyos de Pinilla. Todo ello dominado por Peñalara, el único ejemplo de glaciarismo cuatemarío en esta parte del Sistema Central. Cerca de Rascafría se mantiene la única población madrileña de corzos.

Por su parte, el solicitado parque natural de la Sierra Norte abarcaría unas 40.000 hectáreas a partir de las fuentes del río Jarama, cerca de la joya botánica del hayedo de Montejo.

En cuanto al de la cuenca alta del Manzanares, constituye el único parque natural (regional) existente en la comunidad. Unas 50.000 hectáreas que abarcan los nacederos del aprendiz de río y el excepcional enclave granítico de La Pedriza, el embalse de Santillana, la sierra de Hoyo de Manzanares, el monte de Viñuelas... Como continuación meridional suya aparecen las 15.000 hectáreas de Iberia intacta (encerradas desde 1753 por 99 kilómetros de verja) del monte de El Pardo. A menos de 10 kilómetros de la Puerta del Sol, este encinar de llanura se cuenta entre los más preciados espacios naturales españoles. Su declaración como parque nacional se pide cada vez más insistentemente.