67 personas murieron en las carreteras durante un fin de año plagado de sucesos

España vivió el lunes una Nochevieja trágica, plagada de accidentes de tráfico y de sangrientos sucesos. Las carreteras fueron escenario en la Operación Fin de Año de 54 accidentes graves, que ocasionaron la muerte de 67 personas, según los datos facilitados anoche por Tráfico. De ellas, 28 fallecieron entre Nochevieja y Año Nuevo. Los accidentes se extendieron, como en otras fiestas, al terreno pirotécnico: una mujer resultó muerta en Bilbao al estallarle un petardo, y, entre otros hechos dramáticos, dos jóvenes fueron asesinados misteriosamente en un pueblo de Castellón.

La anterior operación fin de año, correspondiente a 1989, registró 56 fallecimientos en carretera. En esta ocasión, la cifra se ha elevado considerablemente, debido, según Tráfico, a las insistentes nieblas, las bajas temperaturas y la conducción temeraria. En esta ocasión, gran parte de los accidentes se registraron en los cascos urbanos de las ciudades.El mayor número de siniestros y de víctimas no se produjo en el inicio del desplazamiento masivo de viajeros sino en las últimas horas del año. Mientras que el pasado sábado ocurrieron siete accidentes, en los que perdieron la vida siete personas, tres sufrieron heridas graves y dos heridas leves, al día siguiente se duplicaron, con quince personas muertas y doce heridas graves.

En la tarde del domingo y a lo largo del lunes se registraron 10 accidentes, que costaron la vida a 16 personas y causaron heridas graves a otras 10. Uno de ellos ocurrió a las once de la noche del lunes en Barcelona, en la autovía de Castelldefels, al invadir un turismo la calzada contraria y chocar de frente contra una furgoneta en la que viajaban cinco personas. La colisión causó cuatro muertos y cuatro heridos de gravedad.

A expensas todavía de los últimos datos, en el año 1990 perdieron la vida en accidentes de carretera unas 5.900 personas, apenas un centenar menos de las que fallecieron por la misma causa en 1989.Uno de los sucesos más tensos se produjo en Asturias. Miembros del Grupo Especial de Actividades Submarinas de La Coruña rastrearon sin éxito el cauce del Narcea en un intento de localizar al ocupante u ocupantes de un turismo que había caído al río el día anterior. Hasta últimas horas de la tarde de ayer no se supo la identidad del que parecía ser el único ocupante, José Luis Aumente Lago, cuyos documentos se hallaron en el vehículo. El coche se salió de la carretera Cangas de Narcea-Begaña y cayó al río en la tarde del lunes.

La madrugada del día de Nochevieja llevó de nuevo la tragedia a la localidad castellonense de Vall d'Uxó, donde una pareja de jóvenes murió por disparos de un desconocido cuando se encontraban en el interior de un turismo, en un descampado. El cuerpo de Antonio Bueso, de 18 años, jugador de un equipo de futbol local, de Tercera División, fue hallado en el maletero; y el de su acompañante, María Teresa Herrero, de 16 años, se encontraba en un asiento, con el torso desnudo, sin signos de violencia, según la policía. Hace dos años y medio, otra pareja fue también víctima de una agresión parecida, que le costó la vida al muchacho y cuya autoría todavía no ha sido esclarecida.

Por otra parte, ayer fueron enterrados en el cementerio de Mourente (Pontevedra) los restos mortales del taxista Celestino Carballo González, de 65 años, asesinado el pasado 31 de diciembre. Se trata del segundo taxista asesinado en los cuatro últimos días del año en Pontevedra, en una escalada de violencia que incluyó también el intento de atraco y la agresión con arma blanca a un taxista de Vilagarcía, informa Xosé María Palmeiro.

La manipulación de petardos y otros explosivos no sólo causó en esta Nochevieja quemaduras leves a algunas personas sino que provocó la muerte de una joven de 26 años en Bilbao, cuando, por motivos todavía desconocidos, explotó el paquete de cohetes que sostenía en la mano. La víctima estaba situada en un balcón de la calle de Severo Unzue.Más información en Madrid /1