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Dos jugadores albaneses piden asilo político tras deambular por Sevilla toda la noche

Dos jugadores de la selección sub 21 de Albania, que el pasado martes jugaron en Huelva ante España (1-0), solicitaron ayer en Sevilla asilo político en la brigada de extranjería de la comisaría central de la ciudad. Irlich Sirna, de 20 años, y Robert Stroni, de 17, desaparecieron de la concentración del equipo en Sevilla a las cuatro de la tarde del miércoles, y tras pasar la noche deambulando por la ciudad y disfrutando de la música en una discoteca, se presentaron a las diez de la mañana de ayer en la citada comisaría, antigua Jefatura Superior de Policía, para pedir asilo en España.

Sirna y Stroni habían salido en la mañana del miércoles de compras por Sevilla, acompañados por el intérprete que la Federación Andaluza de Fútbol facilitó a la expedición albanesa. Tras adquirir en un bazar de la popular calle Sierpes un aparato de música y un reloj de pulsera, regresaron al hotel de la concentración no sin antes procurarse un contacto que les ayudase a conseguir su objetivo, quedarse en España, "algo que llevábamos pensando varios meses", declaró ayer Sirna.Los dos jugadores almorzaron con el resto de sus compañeros, a quienes les entregaron sus compras para que se las llevasen de regreso a sus familiares en Tirana. Sirna tiene dos hermanos y dos hermanas casadas, pertenecía al Dinamo de Tirana, donde cobraba 30 dólares mensuales (2.850 pesetas), mientras que Stroni, capitán de su selección el pasado martes en Huelva, es el mayor de dos hermanos y cobraba unos 70 dólares (6.650 pesetas) al mes por su pertenencia al Apollonia.

Tras el almuerzo, y aprovechando la salida del equipo absoluto hacia el estadio Sánchez Pizjuán, se bajaron a la discoteca del hotel y se camuflaron en la oscuridad de la misma para salir más tarde a deambular por las calles de Sevilla.

Contacto

De los dos jugadores albaneses no se supo nada hasta las nueve de la mañana de ayer. La noticia de que dos albaneses pretendían pedir asilo en España se difundió como rumor en las horas previas al encuentro del Sánchez Pizjuán, motivo por el que Sirna y Stroni no quisieron solicitar la acogida política en nuestro país pensando en que podían ser recuperados por lo seudodirectivos-políticos que acompañaban al equipo. Sin embargo, la selección sub 21 salió en autobús de Sevilla hacia Madrid en la noche del miércoles sin haber denunciado la desaparición de los jugadores.

A las diez de la mañana, Sirna y Stroni recalaron en un bar de la Alameda de Hércules, junto a unos grandes multicines, y abordaron a un administrativo de una empresa cinematográfica para que les consiguiese contactar por teléfono con el intérprete español que los había asistido. El empleado, tras recuperarse del susto inicial -el aspecto de los dos jugadores le hizo pensar en un atraco, dada la importante cantidad de dinero que llevaba encima- les facilitó el contacto y media hora después el traductor los acompañaba a la comisaría donde solicitaron el asilo.

Sirna y Stroni comentaron que habían estado en la discoteca, paseando por el parque de María Luisa, y esperando saber si sus compañeros se habían marchado ya de regreso a Albania para que no se les truncara su planeada fuga. La expedición del equipo absoluto partió ayer por la mañana en avión, también sin realizar denuncia.

Los dos jóvenes jugadores fueron acogidos más tarde en la sede central de la Cruz Roja de Sevilla, sita en la calle Amor de Dios, desde donde fueron acompañados a almorzar a unos grandes almacenes y de allí al albergue municipal de la Macarena, donde de momento se quedarán alojados. Ambos jugadores manifestaron que los problemas económicos y políticos de su país les habían hecho pensar en la fuga y que con el dinero que percibían apenas podían sobrevivir allí.

Los casos rumanos han sido los precedentes más destacados de deportistas extranjeros que han pedido asilo político en España. Una esquiadora, Piroska Abos, nacionalizada española, y dos futbolistas, suplentes ahora en el Tenerife, Marcel Sabau y en el Rayo Vallecano, Georges Viscreanu, han protagonizado las huidas.

Piroska Abos, campeona junior de su país, vino a los 19 años a la Universiada de Jaca, en 1981, y se quedó. Marcel Sabau, de 24 años, y Georges Viscreanu, de 28, jugadores del Dinamo de Bucarest, pidieron en agosto de 1989 asilo político en Madrid tras el Trofeo Villa de Madrid.

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