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Dos empresas acapararon en cuatro años 38 contratas del Ejército del Aire

Dos empresas (Instelco, Sociedad Cooperativa, y Ernesto López López) se repartieron las 38 adjudicaciones de obras y servicios, por un importe inferior a tres millones de pesetas, realizadas entre 1984 y 1987 por un cuartel del Ejército del Aire de Getafe (Madrid). Tras una investigación, el Tribunal de Defensa de la Competencia estima que no hay indicios de prácticas contrarias al libre mercado.

En ninguna de esas adjudicaciones había competidor, porque todas las ofertas alternativas a la ganadora superaban sistemáticamente el presupuesto máximo fijado, según un expediente incoado de oficio por la Dirección General de Defensa de la Competencia. A partir de sus investigaciones, la Dirección General de Defensa de la Competencia llegó a la conclusión de que las dos empresas citadas, actuando en connivencia con Segundo Gallardo y Sanrro, se pusieron de acuerdo para repartirse las adjudicaciones. El sistema consistía en la presentación, "acordada previamente entre varias de las empresas del expediente, de ofertas de realización de obras, hecha de tal modo que sólo una de ellas, siempre por la cantidad máxima, podría ser aceptada, porque las obras ofrecían la realización a un precio superior al precio fijado por la Administración".Por ese procedimiento habrían obtenido, entre 1984 y 1987, 38 contratos con un presupuesto inferior a los tres millones de pesetas. De esos 38 contratos, 23 fueron concedidos a Instelco, Sociedad Cooperativa y 15 a Ernesto López López. El Tribunal de Defensa de la Competencia ha considerado que los datos no son suficientes para probar la culpabilidad de las empresas denunciadas.

Para el tribunal, las coincidencias pudieran deberse a que el grupo contratante podría haber adjudicado directamente los contratos a una empresa que escoja en cada caso por una cantidad convenida. El expediente de adjudicación se completaría, de acuerdo con esta hipótesis que baraja el tribunal, con la presentación de ofertas "cuyos escritos pudieran ser aportados como un favor por otras empresas conocidas por la Administración que conocían no estar realmente haciendo ofertas destinadas a competir con otras".

"La forma de comunicación entre la Administración era la escrita, dirigida a empresas conocidas del sector que pudieran realizar la obra o el suministro, solicitándoles oferta".

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