1.500 casas privadas de Bolonia pondrán publicidad en el ascensor

En Italia va a estrenarse un tipo de publicidad hasta ahora inédito: en los ascensores de las casas privadas. La idea se ha lanzado en la región de Emilia Romania, la más rica del país, la más roja tradicionalmente, por una empresa publicitaria que aduce "motivos psicológicos". Hasta el momento, sólo en Bolonia han firmado ya contrato 1.500 casas.

La motivación, según la empresa que ha lanzado el nuevo soporte publicitario, es "psicológica". Afirma que para la mayor parte de la gente esos segundos de la subida o bajada en ascensor se hacen a, veces "interminables". Y también que mucha gente no Sabe "dónde poner los ojos" en el trayecto y se pone nerviosa. La respuesta de Bolonia, con 1.500 contratos, que esperan duplicar en breve, es la primera, y se espera que pronto se extenderá, primero a toda Italia y después al resto de Europa.Según la empresa, la gente se 3entirá así más tranquila y los ojos se fijarán en una publicidad de galletas, camisas o lavadoras. Y además, con un gesto de gran generosidad, las casas publicitarias afirman que de ese modo se ofrecerá a la comunidad de vecinos de cada casa un modo de salir al paso de sus necesidades económicas. Porque se ha establecido que un 30% irá a las arcas de los vecinos del bloque de viviendas, y otra parte para el administrador de las mismas, para que vigile la permanencia de dicha publicidad.

Los anuncios consistirán en un panel de plástico de 70 por 50 centímetros, dividido en 10 cuadritos, uno para cada firma publicitaria.

Hay quien se horroriza de esta nueva invasión de la publicidad, que se va acercando cada día más a la puerta de casa. El mismo Maurizio Dadda, responsable de una de las agencias publicitarias más grandes de este país, la Saatchi-Saatchi, ha comentado: "La idea me parece tremenda. Espero no vivir en una de esas casas. Y además no creo que el ascensor sea un lugar de gran impacto de persuasión publicitaria". Otros afirman que es curioso que la publicidad, llamada "la última frontera de la comunicación", haya pensado explotar precisamente a su favor "un momento de grave incomunicabilidad", como es el apuro de encontrarse codo a codo en el ascensor con otra gente, conocida o desconocida, a veces hasta antipática o enemiga, sin saber qué decir.

Pero hay quien piensa que precisamente ese momen, to de tensión nerviosa podría ayudar, paradójicamente, a concentrarse de un modo aún más fuerte sobre la publicidad de la pared del ascensor como "unica válvula de salida de la timidez creada en aquel cajón". Y hacen el calculo. Un bloque de ocho casas significa 32 pisos, es decir, unas 96 personas, más otros tantos visitantes de fuera, que por una media de cuatro viajes diarios suponen un total de 868 ojos fijos concentrados sobre un anuncio. Al parecer, más ojos que para un anuncio en una pequena emisora de televisión privada.