Italia autoconsciente
El hecho es por lo menos sorprendente. La publicación de un libro de interpretación macrosociológica sobre la realidad socia de Italia se disputó las portada de prensa con los grandes titula res de la llamada "crisis institucional de la jefatura del Estado" por la hipotética dimisión de Francesco Cossiga.El día anterior, primer viernes de diciembre, como todos los años, se había presentado a los medios el XXIV rapporto l 1990 sulla situazione sociale del paese. La Fundación CENSIS, que agrupa a varias decenas de investigadores, sociólogos y pensadores, se ha convertido en el lugar de referencia para el dictamen anual sobre las tendencias y procesos y ciclos de la evolución global del país. Basta citar algunos ejemplos: La Repubblica le dedica dos páginas enteras bajo la rúbrica Un paese allo specchío, con cuatro firmas famosas. L'Unitá, Il Tempo, Corriere della Sera y La Gazzeta del Mezzogiorno, que lo destacan en portada, dedican una o dos páginas interiores. También Il Giornale, Il Messaggero, Il Manifesto, Il Sole 24 Ore, etcétera, le dedican una o dos páginas enteras.
Un dictamen sin objeciones
Todos se toman en serio este chequeo anual que orienta a empresarios, líderes de opinión y políticos. La cobertura informativa de las televisiones y radios superó la media del cuarto de hora.
El director del CENSIS, Nadio Delai, se hizo omnipresente en docenas de espacios. ¿Cómo explicar este fenómeno informativo que concentra la atención de toda una nación?
En el informe no figuran firmas personales. Se ha mantenido la puntualidad durante 24 años seguidos. El modelo de interpretación global con los mismos criterios de seguimiento describe un camino, abre horizontes, denuncia desviaciones, orienta a la opinión con sus análisis y síntesis transversales. El fundador del CENSIS, José de Rita, hoy presidente del Consiglio Nazionale dell'Economia e del Lavoro (CNEL), se dio cuenta, en los años sesenta, de que el desarrollo debilitaba inevitablemente la autoconciencia colectiva. Alguien tenía que enfrentarse con toda la batería de indicadores sociales y buscar una forma de articularlos para obtener un producto de élite de orientación fiable. Optó por la síntesis macro sociológica. Algo así como atreverse a ofrecer una agenda general para el debate público. Se propuso hacer algo distinto de lo que se venía haciendo fragmentariamente y de manera discontinua. Ésta es la razón de ser del CENSIS. Se trata de convertir los conflictos en desafíos, de integrar a todos los agentes de la sociedad en un frente común, de redescubrir cada año la propia identidad.
Un grueso volumen de más de 600 páginas con tablas y gráficos abundantes se lee como una crónica apasionante. El lector medio entiende las consignas y los lemas. Hay que dar con frases clave que expliquen la complejidad moderna. Figuran y se explican siempre en el primer capítulo, Consideraciones generales. Pero luego hay que destacar y definir claramente las nuevas tendencias del año, a las que se dedica toda la segunda parte (57 páginas). Como en un psicodrama colectivo, en la tercera parte (427 páginas) van apareciendo los actores y/o los elementos de mayor intervención social, para dedicar la cuarta a los instrumentos, de intervención pública y de los agentes sociales.
Tres palabras definen las actitudes colectivas de este año, final del decenio: el attendismo la necesidad de superar la simetría formal y la puesta en marcha de procesos de autorregulación. Hemos mantenido el vocablo ,italiano attendismo por su riqueza semántica. Todos los indicadores convergen en una actitud de espera. Los empresarios, los políticos, los acontecimientos del Este, la consolidación de un cierto patrimonio industrial, local y familiar, concurren a reforzar la cultura del no. Se vive la vigilia de un ciclo distinto y se empobrecen los conflictos sociales y políticos. Se debilitan los sujetos colectivos y aumenta la relación amigo / enemigo. Se piensa más en hacer negocio que en el desarrollo.
Hay una actitud general de cansancio, de prudente espera, que contribuye a desestructurar tejidos productivos y sociales logrados en las décadas anteriores. Faltan líderes que sepan proponer a todos los agentes sociopolíticos las nuevas fronteras. Un país rico no puede permanecer encerrado en la simetría conocida sin correr el riesgo del no podemos más.
Las otras dos consignas se refieren al futuro. "Hay que asumir como positiva una lógica de tipo asimétrico" (página 19). Esto significa reconocer que la vida es desequilibrio dinamizante y no permanencia en lo que ya se ha manifestado como equilibrio paralizante. El desarrollo, dentro de cada subsistema, político, económico, sanitario, docente, mediático, etcétera, lleva inevitablemente a la fractura de su propia lógica interna.
Demanda de asimetría
Hay que descubrir nuevas reglas sin miedo a la asimetría. El cambio es siempre una provocación a lo asimétrico. Un conjunto de si metrías pobres produce desena moramiento de lo que somos o pretendemos ser. La demanda de asimetría se exprea en el comportamiento electoral, en la nécesidad de una nueva cultura del desarrollo y del riesgo. La fuerza y energía acumuladas tienen caudal suficiente para pensar, más que en la extensión de la empresa, en la calidad y en la profundidad del desarrollo.
Autorregularse significa revisar los límites anteriores, jerarquizar las demandas, pasar de la práctica del esto más esto a la del esto o lo otro; en el consumo, en los estilos de vida, en la forma de crear empresa, hay que elegir y optar. Las decisiones responsables son fundamentales en el cambio evolutivo. Pero esto no se crea por generación espontánea.
¿Hay algo más reconciliador que un discurso público creíble, que haga más visible la realidad, que sea estimulante y comprensible para el ciudadano medio y que sirva de agenda para el debate público, el Parlamento, los responsables de la formación, de la sanidad, de la Administración y de todos los agentes sociales? Todo esto explica que el informe del CENSIS constituya un evento de singular importancia para la formación de una nación autoconsciente, identificada y activa.
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