Major se estrena hoy en el Consejo Europeo con la intención de restaurar la credibilidad británica

John Major acude a su primera cumbre comunitaria como premier británico con un talante constructivo y dispuesto a aprovechar el vacío dejado por la agresividad de la ex primera ministra Margaret Thatcher para restaurar la credibilidad del Reino Unido ante la CE. El incuestionable cambio de estilo que va a inducir Major en el modo de abordar la construcción europea no debe interpretarse como un cambio radical de postura.

"El mensaje de este país y este Gobierno es que queremos y pretendemos jugar un papel pleno, central y positivo en todos los debates sobre el futuro de la Comunidad a la que pertenecemos", manifestó la semana pasada el secretario del Foreign Office, Douglas Hurd, en un debate parlamentario sobre la futura política comunitaria británica, palabras que eran un eco de lo declarado unos días antes por el propio Major. Pero, prosiguió Hurd, "se equivoca quien piense que porque ha cambiado la cabeza del Gobierno va a cambiar completamente la política".Major se encuentra ante el dilema de abandonar al aislamiento en que Thatcher colocó al Reino Unido sin abandonar por ello sus profundas reservas a los ambiciosos proyectos de la mayoría de los otros socios, en particular en lo relativo al recelo ante el futuro Sistema de Bancos Centrales y la divisa única. Fuentes del Foreign Office reconocen que el Reino Unido sigue estando en minoría de uno en estas dos áreas, pero confian en que el terreno compartido en otros aspectos sirva para lograr "conclusiones que sean aceptables por todos".

En la conferencia sobre reforma institucional o de la unión política, Londres desea escrutar las vías para lograr una mayor coordinación de las políticas exterior y de defensa. En ésta, en particular, los británicos abogan por potenciara la Unión Europea Occidental como pilar europeo de una Alianza Atlántica. El Reino Unido tambien busca una definición clara del concepto de subsidiaridad (que ve como vía de escape a los instintos intervencionistas de Bruselas); un incremento de las relaciones entre los parlamentos nacionales y el europeo, con mayores poderes en el de Estrasburgo para fiscalizar a la Comisión; una materialización de lo que significa ser europeo, donde se incluye el aspecto de la ciudadanía europea propuesto por España, y medios comunitarios para hacer cumplir a los socios las directivas.

Las fuentes consultadas indican, sin embargo, que las ambiciones de las dos conferencias intergubernamentales no deben desviar la atención del cumplimiento del día a día de la Comunidad "como son las negociaciones con la EFTA, las del GATT y el mercado único".

Major va a defender hoy en Roma la necesidad de salvar las negociaciones sobre el GATT y ayer la oposición laborista le acusó de usar ese conflicto como un instrumento para eludir la entrada en el detalle de la cooperación política.