Los 'desaparecidos' de Madrid
La pérdida de páginas del Registro Civil impide sacar certificados de nacimiento
Ya ha ocurrido. Una persona ha ido al Registro Civil para obtener un certificado que probara su nacimiento y sólo ha obtenido la contestación de que en los archivos no aparecía la hoja con su inscripción ni tampoco la de los que nacieron en la misma época que él.
En otros casos la página en la que se apuntó el nacimiento de un madrileño está cayéndose de vieja en las recién cambiadas estanterías. De modo parecido a como sucedía en el retrato de Dorian Gray, el paso del tiempo se refleja en hojas que aparecen mordidas y carcomidas, no como reflejo del comportamiento del individuo, como ocurría en la novela de Oscar Wilde, sino a causa de las ratas de los sótanos, donde estuvieron almacenados los libros hasta 1984. Comisiones Obreras ha denunciado ante el Ministerio de Justicia que "al menos un 20% del total de los libros de registro existentes necesitan encuadernación".Mientras tanto, las computadoras, que todo lo ordenan, permanecen desde hace un año y medio arrinconadas y protegidas por sus cártones de embalaje.
En el Registro Civil, los empleados siguen trabajando a base de pluma y tampón hasta que el Ministerio de Justicia decida poner en marcha un programa de infórmatización para recoger en fichas electrónicas los datos que ahora encierran los legajos.
Sin embargo, la dificultad para procesar esta cantidad de nacimientos, defunciones y matrimonios es tal que probablemente sólo se podrán incluir "los papeles desde 1984", explican algunos funcionarios.
Trepar como los monos
En las salas del archivo, recogidos en estanterías móviles, se apilan los tomos de los nacimientos desde finales del siglo XIX hasta nuestros días, con hojas deslavazadas. La importancia de estos papeles se mide porque son necesarios para solicitar pensiones, cobrar herencias, sacar por primera vez el DNI, casarse o solicitar viviendas en el Ivima.
Pero el drama de la desaparición de la prueba de tu llegada al mundo no es irreversible. Puede hacerse una nueva certificación, como las inscripciones fuera de plazo que realizan todos aquellos que descu bren cuando ya son adultos que sus padres se olvidaron de comunicar al Estado su llegada al mundo. El problema es que hay que invertir tiempo en "volver a nacer".
La situación para los funcionarios, según denuncia Comisiones Obreras, es bastante incómoda, ya que en el archivo del sótano no existen escaleras portátiles para acceder a las estanterías superiores, por lo que "hay que trepar como los monos para llegar al libro que se encuentra en la parte superior".
El sistema de refrigeración no es mucho mejor que el sistema de acceso a los libros. "El personal que presta servicio en el vestíbulo llega a poner guías telefónicas en el suelo para proteger sus pies del frío o traen radiadores de sus casas". La denuncia del sindicato pone de manifiesto la razón de la diferencia de ánimo entre los trabajadores y los padres que acuden a registrar a su recién nacido con cara de haber ganado el premio de la Bono Loto.
La deficiente infraestructura se constata cuando se ven máquinas de escribir electrónicas y fotocopiadoras "que funcionan mal". Debido a que sólo dos de estas últimas son de formato grande, "los funcionarios tiene que pedir la vez como si estuvieran en el mercado".
Los módulos de archivo instalados en los sótanos son estánterías móviles por medio de una rueda que permite separarlos para que los funcionarios puedan trabajar entre ellos. "Aunque teóricamente van provistos de un freno, algunos trabajadores colocan libros en la rueda de movilidad para bloquearla y no morir aplastados" por el posible descuido de otro compañero que corra la estantería contigua.
El sindicato solicita una informatización urgente de este servicio debido "al número de asuntos que se tramitan y por la cantidad de cuidadanos que acuden a realizar trámites indispensables para la vida civil".
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