Havel dice que es menos cómodo ser presidente que prisionero en Praga

El ex prisionero más célebre de Checoslovaquia y actual jefe de Estado, Vaclav Havel, se confesó ayer una vez más abrumado por el poder. "Ser presidente", dijo, es menos cómodo que ser prisionero en una cárcel comunista" y su anfitrión, Felipe González, hizo un gesto de sorpresa."Vivo", añadió el ex disidente cuya obra literaria estuvo prohibida durante años, "el cargo como un deber" y reconoció a continuación que tiene "ganas de volver a la profesión" de dramaturgo, lo que hará en cuanto deje de ser "indispensable" en la política, una vez concluida la transición hacia la democracia.

En su última jornada en Madrid, Havel dio una conferencia de prensa conjunta con González en la que ambos reflexionaron en voz alta sobre el resurgir de los nacionalismos en Europa tras el derrumbe comunista.

Havel se mostró interesado per la España de las autonomías, de las que hablará hoy en Barcelona con el presidente Jordi Pujol, ahora que la república eslovaca amenaza con proclamar su soberanía y separarse de Praga. Al margen de un almuerzo en el Palau de la Generalitat el huésped de Pujol dedicará el grueso de su visita de hoy a conocer dos obras del arquitécto Antoni Gaudí, la Sagrada Familia y la Casa Mila.