Álvarez Cascos asume las tareas de tesorero del PP en sustitución de Naseiro

El secretario general del Partido Popular, Francisco Álvarez Cascos, se ha consolidado como tesorero nacional de ese partido. De una situación de interinidad, surgida de la dimisión de Rosendo Naseiro tras ser implicado por el juez valenciano Luis Manglano en una presunta conspiración para el cohecho, Alvarez Cascos ha pasado a desempenar de forma permanente la responsabilidad sobre las Finanzas del PP. El presupuesto de este partido previsto para 1991, aunque todavía no aprobado, es de unos 2.400 millones de pesetas.Preocupado por recaudar fondos, sin los cuales queda limitada la actividad política, Francisco Álvarez Cascos, está instando a los dirigentes regionales del PP a captar donativos, a la vez que les está exigiendo la progresiva implantación de balances contables consolidados que cumplan los requisitos exigidos por el Tribunal de Cuentas.

El presidente nacional del Partido Popular, José María Aznar, ha optado por dejar en manos de un político de su confianza la obtención de recursos financieros y su administración, aunque públicamente haya hecho la salvedad de que se trata de una etapa de transición hasta que halle un profesional que reúna todas las condiciones para ese cargo.

Confianza en un político

La experiencia de la gestión de Ángel Sanchis, privado por el Congreso de los Diputados de la inmunidad parlamentaria para que pueda ser procesado por presunta conspiración para el cohecho, y de Rosendo Naseiro, otro empresario a quien se le imputan actividades semejantes, ha decidido al equipo de Aznar a encomendar a un político la tesorería del partido.ÁIvarez Cascos, que en alguna ocasión ha dado muestras de haber aceptado un sacrificio -"de las tareas más ingratas que he tenido que realizar en mi vida en el partido, una de ellas es la de buscar recursos económicos"-, se ha referido con expresiones de respeto e incluso de agradecimiento público y privado a quienes han contribuido y contribuyen a financiar al PP.

El secretario general del PP reconoce que su partido ha venido funcionando con una estructura de contables no profesionales, que ha Impedido conocer a la propia cúpula del PP las cuentas consolidadas de sus organizaciones provinciales. Una carencia que, según sus previsiones, quedará paliada a medio plazo, si bien reconoce que todavía pasará muchos meses antes de poder satisfacer las exigencias del Tribunal de Cuentas.

Este tribunal recordó en su últirrio informe de fiscalización de los gastos de los partidos en las elecciones legislativas de 1989 la advertencia generalizada a todas las fuerzas parlamentarias de que deben presentar los balances consolidados.