_
_
_
_
_

La Comunidad fomenta el permiso de paternidad sin saber cuántos lo han pedido

La Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid acaba de lanzar una campaña para animar a los hombres a que tomen el permiso por paternidad. Según la ley, de las 16 semanas de las que disfruta la madre por el parto, las cuatro últimas puede aprovecharlas el padre para iniciar lo que la publicidad describe como "una historia de amor y de igualdad de padres a hijos". La campaña, con un coste de 36 millones de pesetas, se ha iniciado sin que la Administración sepa cuántos hombres se han acogido a esta ley desde que entró en vigor, en marzo de 1989.

"Creemos que menos de 500 personas han solicitado este permiso en Madrid, puesto que de haber superado este número figurarían en las estadísticas de población activa", explica una de las sociólogas de la Comunidad de Madrid. En los tres primeros meses de este año, 4.700 mujeres tomaron su baja para dar a luz. En esas mismas fechas trabajaban en la región 530.700 mujeres, la mitad que varones. Pero el casillero de las bajas por paternidad permanece vacío, puesto que sólo se contabiliza a partir de 500 personas.La ausencia de datos es tal que la Comunidad ha solicitado a los 178 ayuntamientos de la región información sobre el comportamiento de su personal laboral respecto a estas bajas. De los 178 sólo han contestado 17, donde sólo cuatro hombres por cada 70 mujeres habían pedido quedarse un mes en casa a cuidar a su nuevo hijo.

El responsable de los asuntos laborales de la Confederación de Empresarios de Madrid (Ceim), Pablo Gómez Albo, manifestó que los casos de hombres que piden este permiso "son tan insólitos, tan sorpresivos, que ni siquiera se contabilizan". Gómez Albo dijo que el que los hombres tomen el permiso repercutiría en la cadena de mando de las empresas, "puesto que, según se asciende en la escala del organigrama empresarial, cada vez hay menos mujeres; una situación que está cambiando".

"Debe comunicarse a la población que ésta es una medida gratificante para la pareja y para el padre", explican tanto los responsables de la Comunidad de Madrid como los encargados de la campaña publicitaria, que no ocultan que cuando se alcance la costumbre de repartir los días de permiso para cuidar a un recién nacido, contratar a una mujer será menos gravoso para las empresas y se igualará el trato entre ambos sexos.

Sólo para matrimonios

La ley permite que un padre pueda colaborar en el cuidado del niño el último mes de permiso, siempre que la madre esté en la plantilla de una empresa o demuestre que ejerce una profesión liberal aportando facturas, según explican en el Ministerio de Trabajo. Por tanto, un futuro padre no podrá acogerse a esta baja si su mujer tiene trabajos esporádicos. En la Comunidad de Madrid creen que a este permiso de maternidad sólo pueden acogerse los matrimonios, aunque quizá una pareja lograra, pleiteando, los mismos privilegios.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El trámite, en el caso de un matrimonio legal, es sencillo, según explica uno de los hombres que primero disfrutó del privilegio de cuidar a su hijo. "Lo único que tuve que rectificar a mano en el impreso de solicitud es que mi permiso era por paternidad".

"A nadie se obliga a que cuide a su hijo", explica Carmen Sáenz, directora general de la Mujer de la Comunidad de Madrid. "Esta campana pretende un cambio de actitud emocional y de responsabilidad en las parejas para que sean cada vez más simétricas", concluye Sáenz. En cualquier caso, la nueva ley, aprobada en marzo de 1989, no amplió el corto permiso de tres días del que pueden disfrutar los hombres a partir del día que son padres.

"Una historia de amor ahora también puede ser de libertad y de igualdad. El padre puede compartir la baja por maternidad / paternidad. Ley 3 de l989", es el mensaje que transmitirá a través de la publicidad.

De todas maneras, es una concienciacion que llevará tiempo", explica la publicista Begoña Larrazábal. "Muchos hombres ni siquiera saben cambiar unos pañales".

¡Papá!, teta

Andrés García, de 43 años, empezó pidiendo cuatro semanas de permiso y acabó solicitando una excedencia de un año y medio para cuidar a su hijo. Este padre sonríe cuando ve la campaña en la televisión y le comenta a su mujer cuánto se parecen a los protagonistas del anuncio. También ella se levantaba por las mañanas y se marchaba a trabajar mientras él se quedaba al cuidado del bebé,Andrés García es sociólogo y está muy satisfecho de haber sido la toma de tierra de su hijo respecto al mundo. García ha comprobado cómo el pequeno entablaba una relación distinta con él, diferente a la de otros padres con sus hijos: "Los niños se sienten seguros al lado del que les da de comer, y es a quien acuden, sea hombre o mujer", explica.

La decisión de solicitar la excedencia estuvo motivada porque el trabajo de su esposa, socióloga y periodista, "era más importante", según García. "Por la noche, cuando el niño lloraba, solía levantarme yo. Me cuesta poco, pero además es que mi mujer tenía que madrugar y yo llevaba el mismo horario de sueño del niño".

Por lo demás, este padre conoce los síntomas de las enfermedades de un bebé, sus cambios de alimentación y demás cuidados.

García consultaba siempre a los pediatras ante cualquier duda. "No se debe consultar a lás madres, porque las cosas han cambiado mucho", dice. "Antes, cuando tenían fiebre se les tapaba. Ahora se les da baños fríos". Andrés también compraba revistas especializadas para criar a su hijo.

"Cuidar a un hijo es de los trabajos menos duros que puede haber. Aunque yo no tengo las manos de una mujer, he acudido a pediatras que me han ayudado", dice el padre.

Andrés García acaba de volver a su trabajo, que le ocupa media jornada, mientras que su mujer está ocupada mañana y tarde. El niño se queda en casa de sus abuelos y a mediodía Andrés lo recoge y juega con él.

"Antes de que naciera yo tenía un trabajo que no me satisfacía. Un año y medio después de dejarlo he aprobado unas oposiciones para una labor que me interesa más", explica Andrés, casado con una mujer que trabaja como técnico asimilado a la Administración.

En su caso, la realidad ha superado la Ficción publicitaria que presenta en color pastel a una pareja que vive el nacimiento de su hijo a ritmo de Liszt.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_