Sonora pitada de un centenar de socios de la cooperativa Hogar del Taxista
Alrededor de un centenar de socios de la cooperativa de viviendas Hogar del Taxista se concentraron en la mañana de ayer frente a la sede de la Consejería de Política Territorial, en la calle de Maudes, para protestar por la expropiación de sus terrenos. Con una sonora pitada y a los gritos de "¡Mangada, da la cara!" reclamaron el derecho a la adjudicación de una vivienda social en la promoción de Valdebernardo, donde adquirieron terrenos que posteriormente pasaron a manos de la Comunidad de Madrid (véase EL PAÍS de ayer).
La manifestación de los cooperativistas discurrió en todo momento pacíficamente, aunque cortaron el tráfico por breve espacio de tiempo en la calle de Raimundo Fernández Villaverde. Algunos elementos incontrolados apedrearon las lunas de la sala de exposiciones de la consejería, situada en la calle de Alonso Cano, que quedaron hechas añicos, según informó un vigilante de seguridad del edificio.El acceso principal a la Consejería de Política Territorial permaneció cerrado a cal y canto durante la concentración, en la que se exhibieron pancartas con inscripciones en las que se pedía la dimisión del presidente Joaquín Leguina y del consejero Mangada, al tiempo que denunciaban la discriminación que sufre, a juicio de los propios cooperativistas, la asociación Hogar del Taxista. Efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y de la reserva general (antidisturbios) tomaron posiciones entre la sede institucional y los manifestantes, sin que llegaran a registrarse incidentes de entidad.
Atasco
A lo largo de 45 minutos, los gritos, los pitidos y los sones de bocina atronaron la calle de Maudes. Sin embargo, los manifestantes no consiguieron ser recibidos por el consejero Eduardo Mangada, como era su objetivo. Alrededor de las doce de la mañana marcharon en manifestación hasta el cruce de la calle de Raimundo Fernández Villaverde con la de Alonso Cano, en donde cortaron el tráfico y provocaron un gran atasco.Uno de los manifestantes, María del Mar Pardo, de 28 años de edad y administrativa, aseguró que sus ahorros se habían esfumado tras la expropiación de los terrenos. Un total de 275 socios del Hogar del Taxista habían aportado dos millones de pesetas cada uno para comprar los terrenos, que ahora, tras la expropiación, han sido tasados por la Administración autónoma en 600.000 pesetas.
Los concentrados se disolvieron pacíficamente tras oír una pequeña advertencia de las fuerzas policiales, y acordaron repetir las acciones de protesta el próximo lunes.
El presidente de la cooperativa Hogar del Taxista, Tomás Hernández, afirmó tajantemente que el 30 de marzo de 1989 pidió una autorización formal al consejero Mangada para adquirir los terrenos de Valdebernardo, sin que recibiera ningún tipo de indicación en contra.
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