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Tribuna:EL OMBUDSMAN
Tribuna
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Atentos lectores

Casi todo el mundo sabe que no es igual ocho que ochenta, ni es conveniente confundir a los lectores, aunque sea sin querer. Por ello, si habitualmente las erratas o errores molestan, cuando se producen en las páginas de pasatiempos las quejas aumentan. Un lector, que se confiesa "usuario del damero maldito", afirma que los aficionados como él son "gente inquebrantable"."Orgullosos y pacientes como pocos, vemos crecer la yerba y construimos el mosaico de letras conscientes del riesgo que entraña la elección de una u otra palabra. Pero resulta que de vez en cuando se deslizan en su periódico errores de equivalencia entre letras y dígitos, con lo cual los minutos que dedicamos a este pasatiempo se convierten en horas, días incluso, antes de rendirse a la evidencia: estaba equivocado. Hay erratas que injurian, molestan, calumnian, dañan la sensibilidad de las personas... Las de esta naturaleza simplemente rompen-cabezas".

Pero a veces la errata no es el cambio de un signo, una cifra o una letra. La solución al problema planteado es completamente distinta 3, no tiene relación alguna con la propuesta realizada en el juego. Este toque subversivo es capaz de desquiciar a la mente más ordenada. Sucedió con el juego del sumafrutas publicado por El País Semanal del pasado 18 de noviembre.

Ezequiel Gómez ha escrito al Ombudsman. "En los pasatiempos no hay domingo que en el extra no vengan soluciones que corresponden a otra semana o que falten algunas, como en la pasada. Le acompaño un caso. Y supongo que no pagaran a esos tipos que rompen o pretenden romper la cabeza del que desea entretenerse un ratito. El tema de la fruta y verdura no tiene nada que ver con la solución. ¡Qué cara la del autor!".

El autor es ajeno al error, qije no errata, que se produjo en la edición de estas páginas. Los originales se mezclaron por falta de la necesaria supervisión en la edición del semanario. Los responsables han prometido velar para que estos errores no se repitan.

Acotaciones

Victor Manuel Arbeloa, diputado al Parlamento Europeo, vuelve a la carga contra "el uso y abuso de la palabra autonomías para decir comunidades autónomas". "Todo el mundo ya", señala Arbeloa, "políticos, periodistas, gente de la calle, etcétera, sigue empleando la palabrota, empleando el principio formal por el contenido. Que es como si a los Estados federados alemanes llamáramos las federalidades". El lector recuerda dos titulares erróneos de EL PAÍS: Las autonomías negociarán la inversión... y Las autonomías empezarán a construir pabellones....

"Y tal vez el Estado de las autonomías se llamará de una vez Estado autonómico, que es como debiera llamarse", añade el diputado al Parlamento Europeo.

El lector tiene razón. El Libro de estilo recoge la distición en la entrada autonómico, autónomo. El Gobierno y la Asamblea de una comunidad son autónomos (en ellos recae la autonomía). El resto de los organismos y cargos que dependen o se incluyen en ellos son autonómicos (relativos a la autonomía).

Estos lectores atentos demuestran conocer mejor El libro de estilo que algunos miembros del diario. Desde la prohibición de palabras malsonantes hasta la diferencia entre israelitas e israclíes, que a veces se emplea incorrectamente en las informaciones.

En una entrevista con Lech Walesa, Piotr Adamski, colaborader del diario en Varsovia, ponía en boca del dirigente sindical la expresión "pegarle una hostia". El lector, tras preguntar a qué venía esa traducción, recordaba que el Libro de estilo prohíbe la expresiones vulgares, obscenas y blasfemas. "Una palabrota pronunciada durante una entrevista no justifica su inclusión en el texto, cualquiera que sea la persona que la emitió" (apartado 1.39).

Jacob M. Hassan ha escrito para que,arse por la reiteración en confundir israelí (plural, israelíes) con israelita. Los israelíes son los que pertenecen al Estado de Israel. No es sinónimo de judío, hebreo o israelita.

Otros lectores, como Martín Balboa, corrigen a Maruja Torres cuando ésta, en una columna, se refería a Cristina Almeida como "la interfecta". El lector recuerda que interfecto es persona muerta violentamente.

Lector ejemplar

Si existiera el galardón al lector cjemplar, un firme candldato a recibirlo scría Armando López Carrasco, que con minuciosidad y constancia recuerda al Ombudsman las constantes erratas y errores en que incurre el diario.

"Creo un deber comunicarle que de vez en cuando en EL PAÍS aparecen contradicciones sorprendentes. Da la sensación de que no se repasan los textos de cada reportaje, o de lo que es peor: que no tienen ustedes una debida coordinación de actividades entre sus distintas dependencias".

López Carrasco ofrece dos ejemplos. La publicación de hasta tres cifras diferentes en el mismo diario (domingo 11 de noviembre) del número de reclutas que han de incorporarse a filas en el próximo año: 216.344 en un titular, 216.284 unas líneas más abajo y 229.344 en la página siguiente. En el mismo diario se decía que la película Halcones en la noche era "mala", que había sido rodada en 1981 y que duraba 95 minutos. Sin embargo, en El País Semanal (número 709) se trataba de una cinta "regular", de 97 minutos y hecha en 1980.

"Tanto en el primer caso como en el segundo, es evidente que el rotativo debería informar con conceptos y cifras exactamente iguales", añade el lector, que critica, con razón, un defecto que se repite con demasiada frecuencia: desidia en la edición final de los textos de información.

El teléfono directo del Ombudsman es el 754 45 53 de Madrid.

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