Bush: "No toleraré un nuevo Vietnam"
El presidente George Bush, en respuesta a las acusaciones iraquíes de que EE UU no desea la paz en el Golfo, invitó ayer al ministro de Exteriores de Irak, Tarik Aziz, a una entrevista personal en la Casa Blanca y anunció que estaba dispuesto a enviar a su secretario de Estado, James Baker, a Bagdad para discutir personalmente la crisis con el presidente Sadam Husein. Pero, al mismo tiempo, Bush advirtió a Irak que, en caso de guerra, EE UU no tolerará "un nuevo Vietnam".
Al día siguiente de la aprobación por el Consejo de Seguridad de una resolución autorizando el uso de la fuerza contra Irak si Bagdad no retira sus tropas de Kuwait antes del 15 de enero próximo, Bush hizo su sorprendente oferta a los dirígentes iraquíes al final de una declaración de 10 minutos sobre la situación en el Golfo."En aras de la paz estoy dispuesto a dar un nuevo paso y a invitar al ministro de Asuntos Exteriores, Tarik Aziz, a venir a Washington en una fecha mutuamente conveniente en la última parte de la semana que comienza el 10 de diciembre para entrevistarse conmigo", dijo Bush. El presidente añadió que, caso de aceptarse su oferta, los embajadores de los países aliados en la coalición iraquí serían invitados a participar en la entrevista con el jefe de la diplomacia de Bagdad.
A continuación, Bush, que dejó pasmados a los informadores con su inesperada oferta, anunció que estaba dispuesto a enviar a Baker a Bagdad para reunirse con el presidente iraquí. "Sugiero a Sadam Husein que reciba a nuestro secretario de Estado en una fecha mutuamente conveniente entre el 15 de diciembre y el 15 de enero del próximo año [fecha en que termina el ultimátum del Consejo de Seguridad]".
En otro momento de su intervención, el presidente norteamericano dejó meridianamente clara su intención de descargar todo el peso del poderío militar norteamericano en el caso de que se inicien las hostílidades. "Quiero la paz y no la guerra", subrayó. "Pero, si tiene que haber guerra, no permitiré que nuestras tropas tengan las manos atadas a la espalda y prometo que no habrá ningún resultado indefinido", añadió.
Situación distinta
Para Bush, no existe la posibilidad de que un conflicto militar en el Golfo degenere en una situación parecida a la de Vietnam. "Me consta que en nuestro país existen temores sobre otro Vietnam. Déjenme que les asegure que no habrá otro Vietnam no habrá otra guerra larga e indecisa", dijo. La situación, aña dió, es totalmente distinta. "La fuerzas congregadas contra Irak son diferentes; la oposición es diferente; el suministro.de los militares iraquíes es diferente; la topografía de Kuwait es diferente y la motivación de nuestras fuerzas voluntarias [en Vietnam los soldados norteamericanos eran de reemplazo] es soberbia", subrayó el presidente.
El presidente, que calificó la resolución del Consejo de Seguridad de "histórica" y de documento de paz y no de guerra, dejó muy claro que si los iraquíes aceptan su oferta de negociación las conversaciones no pueden tener otro resultado que "no contemple la retirada completa de Irak, la restauración del Gobierno legítimo de Kuwait y la liberación de todos los rehenes". Sin embargo, Bush se declaró dispuesto a que tanto él como Baker discutan con Sadam Husein y con Tarik Aziz "todos los aspectos de la crisis del Golfo", frase que se interpreta como una concesión a la posición expresada el pasado 12 de agosto por Bagdad cuando Sadam Husein ofreció celebrar conversaciones sobre la situación en la zona, incluido el problema palestino.
El presidente norteamericano respondió a las peticiones formuladas por varios legisladores y militares en los últimos días en el sentido de dar más tiempo a las sanciones económicas con la afirmación de que no estaba seguro de que el embargo por sí solo fuera bastante para forzar una retirada iraquí de Kuwait. "Los que defienden una espera de meses deben considerar el efecto devastador que la prolongación de la crisis tiene en las frágiles economías de aquellos países que menos pueden permitírselo", dijo Bush, citando entre esos países a las nacientes democracias de la Europa oriental y del Tercer Mundo. Durante el día de ayer Bush mantuvo una reunión con el ministro Chino de Asuntos Exteriores, Quian Quichen, en un gesto que parecía destinado a aliviar el aislamiento internacional de Pekín.
Reunión del Congreso
Preguntado si le gustaría que el Congreso norteamericano aprobase una resolución parecida a la adoptada el jueves por el Consejo de Seguridad, Bush contestó que le "encantaría", pero añadió que, por el momento, no tenía intención de convocar una sesión extraordinaria de las dos Cámaras legislativas, en vacaciones parlamentarias hasta que la 102ª sesión sea convocada el 3 de enero.
Bush, que tenía previsto recibir a primera hora de la tarde a los líderes parlamentarios de los dos partidos y que ayer almorzó con la cúpula demócrata de la Cámara de Representantes, añadió que no se oponía a una convocatoria extraordinaria del Congreso, pero que debían ser los propios congresistas los que decidieran sobre la cuestión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.