No es el caso
El índice general de la Bolsa de Barcelona descendió de nuevo algo más de un punto, lo que expresa a las claras que se mantiene el letargo en los mercados después de una tormenta prolongada. Las fuertes oscilaciones de las semanas precedentes han dado paso a una especie de calma chicha sobre la que ahora transcurren demasiado tranquilas las aguas de la inversión. Otros interpretan el impasse como un paréntesis a la espera de que las instituciones tomen la iniciativa en el día a día y se lleven los cambios hacia arriba. Los soportes y resistencias típicos de la velocidad de crucero en este mercado han dejado de servir como punto de referencia para acotar la senda de la evolución pro bable que van a seguir las cotizaciones Con todo, si sirven de algo es para medir el nivel de apatía inversora y la fiebre abúlica que han hecho presa en los despachos de valores y sus avispados operadores, siempres dispuestos a entrar en el riesgo de las espirales cuando cuentan con el soporte de las órdenes dictadas por sus clientes. No es el caso; y desde luego, parece que habrá que esperar acontecimientos en materia de política internacional u otros cambios más implícitos en el mercado monetario para que las bolsas se despierten de este letargo.