La CE plantea un sistema de control fiscal para evitar el fraude del IVA en el mercado único

El IVA funcionará en el mercado único de la CE sometido a un sistema de control para evitar el fraude. El principio de acuerdo que se buscaba en la reunión del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la CE celebrada ayer en Bruselas quedó aplazado a la reunión del 3 de diciembre por las reservas planteadas por Alemania. La eliminación de fronteras en 1993 hará desaparecer el concepto de exportación dentro de la Comunidad, pero las empresas vendedoras deberán informar trimestralmente del volumen de las transacciones con otro país e identificar el número fiscal del cliente.

La Administración fiscal podrá exigir informaciones más concretas para impedir el fraude y evitar que se genere una red de facturas falsas a escala europea.El sistema de control fue exigido por España y, a pesar de las reticencias de Francia y Bélgica, cuenta con una mayoría de apoyo. El Reino Unido, Dinamarca y Holanda plantean sin embargo objeciones a crear nuevas obligaciones administrativas para las sociedades. Los detalles finales del compromiso se enfrentan a la reserva de Alemania a proporcionar información detallada de las empresas vendedoras. España, con apoyo de otros diez países de la CE, defiende que, en caso necesario, "la gestión del IVA sin aduanas exige poder contar con los datos precisos del comprador y del vendedor", manifestó José Borrell, secretario de Estado de Hacienda.

Aunque desde el punto de vista de la recaudación fiscal, interés es controlar al comprador, España exige la identificación del vendedor para evitar el fraude basado en facturas falsas. "Si no existiese posibilidad de contrastar información, las posibilidades de utilizar compras o ventas que no son reales aumentaría", añadió Borrell. En su opinión, los alemanes tendrán que renunciar al secreto comercial si se quiere "evitar que el mercado único se convierta en la Europa del fraude generalizado".

Las fronteras

La propuesta de la presidencia italiana se fundamenta en el periodo transitorio con que nacerá el IVA en 1993. La desaparición de fronteras fiscales y comerciales impone eliminar el concepto de exportación dentro del mercado único de la Comunidad. Los Doce piden mantener el actual sistema de exención del IVA a la exportación y cobro en destino para evitar una merma de la recaudación fiscal. La Comisión Europea aceptaría esta excepción temporal hasta 1997, pero serán los Gobiernos los que tendrán que decidir en 1991 si ese plazo de cuatro años es suficiente o es conveniente prolongarlo.

El acuerdo sobre el IVA está pendiente de excepciones parecidas para la venta por correspondencia o la adquisición de automóviles por particulares. Falta también un compromiso sobre la aproximación de impuestos especiales al tabaco, alcohol y carburantes, así como la armonización de tipos del IVA, sin la cual se producirían fuertes desvíos de la demanda y descensos en la recaudación en los países perjudicados.

Para salvar la incongruencia de mantener el IVA a la importación dentro del mercado único, éste pasará a llamarse IVA sobre la adquisición de bienes a empresarios de otros estados de la CE. El sistema de control se basará en que el vendedor identificará a sus clientes y hará una relación trimestal del volumen de sus compras. En aquellos Estados en los que no existe número de identificación fiscal habrá que instaurarlo y éste irá acompañado de una sigla para cada país comunitario.

Las relaciones trimestrales no identificarán nombres para preservar el principio sagrado del secreto comercial en algunos países de la CE, pero el Estado de la empresa compradora puede exigir el desglose por proveedores. Si aún faltara claridad, cabe la posibilidad de pedir información complementaria como copias de facturas o datos concretos.