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Reportaje:

El otoño de los viejos barrios

La ley de arrendamientos antiguos, el 'decreto Boyer' y la subida del catastro, causas de la falta de conservación de los edificios

Javier Casqueiro

Los barrios viejos se mueren a mayor velocidad cuanto menor atención se le haya prestado a su mantenimiento. En esta excesivamente simple conclusión parecen coincidir todos los técnicos y políticos responsables de asuntos urbanísticos consultados cuando se les pregunta por los motivos que hay detrás de los derrumbes registrados en Madrid en los últimos días. La ley de arrendamientos antiguos, el decreto Boyer y la subida del catastro no facilitan, además, la inversión particular en la conservación de los inmuebles.

Los recientes casos de desalojos de edificios por peligro de ruina en las calles de Juan Alvárez de Mendizábal, San Vicente Ferrer, La Ruda, etcétera, han llegado a provocar titulares más bien catastrofistas. La sensación transmitida de que Madrid, y especialmente su zona vieja, se resquebraja irremisiblemente es relacionada por Luis del Rey, decano del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), "con el hecho de que sólo nos acordamos de santa Bárbara cuando truena".Del Rey diferencia en el origen, entre los últimos derrumbamientos, lo sucedido en edificios construidos en la posguerra, con malos materiales y sin control, con los que todavía se mantienen desde hace más de 50 años sobre deterioradas estructuras de madera. El resultado, sin embargo es el mismo: "En los dos casos se aprecia una falta de conservación de los inmuebles". El decano echa en falta, para regularizar esta situación "la figura del arquitecto cuidador o conservador; un plan especial que acometa la recuperación de estas áreas y una norma de rango superior que vele por ellas".

El arquitecto Juan López Jaén, que trabajó durante años para el Ayuntamiento y que realizó el catálogo sobre el que se basó el Plan Especial Villa de Madrid para identificar los 2.922 edificios de interés arquitectónico protegidos por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), cree que esta figura es la clásica para las grandes construcciones públicas, pero no sirve para los barrios viejos. En estas zonas es "donde debe actuar la Oficina de Rehabilitación del Ayuntamiento", defiende López.

López Jaén sí cree que "Madrid se nos cae" e incluso denuncia que algunas de estas casas catalogadas han sido derribadas pese a su especial protección. Además avisa de que "el nivel de destrucción es similar al de hace 15 años y con ello se reproducen nuevas fórmulas especulativas".

130.000 edificios

El catálogo de casas de interés arquitectónico fijaba, sobre los 130.000 edificios construidos en Madrid, 2.529 dignas de protección integral y otras 393 cuya estructura debería permanecer restaurada. Además sirvió, en un primer momento, para contribuir a concienciar a los vecinos y propietarios en una nueva cultura que aprendiera a valorar el corazón histórico de la ciudad. Ni el decano del COAM ni López Jaén sostienen ya su validez y se decantan por planes especiales.El jefe del departamento de rehabilitación de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV), Pío García Escudero, entiende que el contenido de estos planes que se reclaman está definido en los programas de intervención preferente (PIP). La EMV camina por tres vías en su política de rehabilitación. La primera opción es comprar edificios singulares en mal estado y restaurarlos integralmente. En estos momentos hay un stock de 40. En lo que va de año se ha invertido 500 millones para la compra y otros 2.000 en las obras.

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La segunda alternativa son los programas de adecuación arquitectónica, que suponen un tirón entre los propietarios del entorno y cuyos mejores exponentes son las obras efectuadas en puntos tan estratégicos como la Puerta del Sol, Atocha, la plaza Mayor, Tirso de Molina y las plazas de los Carros y de la Paja.

Por último está la iniciativa privada. El Ayuntamiento, a través de la EMV, incentiva a los propietarios concediendo subvenciones a fondo perdido. Este año el volumen de subvenciones previsto superará los 600 millones, lo que significará entre el 20% y el 30% de lo invertido, que se calcula sobre los 2.500 millones en total. A mediados de septiembre la subvención pública había alcanzado 440 millones. La EMV gestionó hasta esa fecha 1.848 ayudas económicas para viviendas y 1.49 para locales.

El Grupo Socialista, en boca del ex alcalde Juan Barranco, ha denunciado en repetidas ocasiones la práctica paralización municipal del plan para la recuperación del centro de la ciudad. Un programa de adecuación arquitectónica que contemplaba la actuación sobre 610 inmuebles y 6.670 viviendas o la rehabilitación pública y directa de 29 edificios residenciales.

Por otra parte, en la Oficina Comarcal de Rehabilitación de Edificios (OCRE) de la Comunidad de Madrid se han concedido hasta este momento 3.000 calificaciones provisionales de rehabilitación de viviendas. Mil menos que a estas alturas el año pasado.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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